El otro día unos titiriteros representaron una función, puede ser cierto que no era una función para niños, también es cierto que ninguna emisora de televisión respeta el horario infantil. El caso es que vivimos en el mundo de lo inmediato, las redes sociales apenas son usadas por unos pocos ciudadanos pero parece que todo el planeta les presta mucha atención, mucha mas de la que se merecen.
Nosotros que trabajamos y estudiamos los medios de comunicación vemos que muchos medios hicieron un corta-pega de un mismo origen, nadie contrastó lo que ocurría de verdad. Se hicireon a través de las redes y de un mismo texto incorrecto miles de interpretaciones todas muy deficientes.
Si a todo esto unimos unas decisiones judiciales todas fuera de toda lógica, nos podemos echar a temblar.
La cultura es libre y muy rebelde, nadie le puede poner fronteras ni límites. No se puede confundir cultura con propaganda política. Les vamos a poner unos pequeños ejemplos muy graves.
- Nosotros que sabemos un rato de bolsa nos escandalizamos cuando oímos mentir a la vicepresidenta diciendo que la caída actual de las bolsas tiene que ver con la inestabilidad que puede venir de un posible gobierno en el que el PP no esté presente. Miente sabiendo que lo que dice es mentira.
- El ministro de interior dijo que un posible gobierno en el que no esté el PP favorecería a la banda terrorista ETA. Miente sabiendo que lo que dice es mentira.
Que pase a la final un cuento en que se produce un asesinato, no quiere decir que en el programa LaVentana de la Cadena SER se fomente la violencia, es que ese cuento fue el mejor. Que unos titiriteros cuenten una historia, tal vez, lo que nos quieran mostrar es un mundo que de verdad existe y que como en su cuento un policía, un fiscal y un juez se inventen pistas para que sean juzgados por algo que no han cometido.
Para los que no distinguen cultura de propanganda política o ficción de realidad el Feos.