«Por razones de latitud y longitud, el sol no aparecía en el mismo momento sobre toda Europa, pero sí era el mismo astro el que alumbraba todo el continente. Una estrella brillante y luminosa que venía alumbrando al planeta durante miles de millones de años y que era indiferente al devenir de los diminutos seres que parecían saborear la Tierra.
Da igual de dónde seas o a qué te dediques. Da igual que estés en Polonia, en Alemania o en Rusia; que seas un niño o un adulto, una promesa del fútbol o un soldado reclutado a la fuerza. Ni las balas ni las bombas hacen distinciones y, quien dispara, a veces también es una víctima. Esta es la historia de esas personas anónimas que, en la Europa de 1939, fueron arrastradas al festín de la muerte.
El festín de la muerte, ganadora del Premio Gran Angular 2012, es una novela sobre el horror de la guerra; sobre la vida de hombres y mujeres que se ven forzados a participar en ella o a sufrir sus consecuencias. Una novela que deja entrever algo distinto al odio en el corazón de esas personas.
Al leer los dos primeros párrafos de El festín de la muerte (la cita de arriba) sentí que estaba ante una novela sin igual. Al acabar el prólogo -sólo el prólogo- sabía que me había encontrado una de esas novelas especiales que hacen despertar algo en tu interior. No me equivoqué: estáis delante de una de mis mejores lecturas de este 2013.
Jesús Díez de Palma presenta esta obra coral que tiene como objetivo mostrar la realidad de la guerra a través de personajes con distintas edades y nacionalidades. Por desgracia, podría haber retratado cualquier guerra, pero en este caso se ha centrado en una de las más despiadadas, la Segunda Guerra Mundial. Mientras se va sucediendo los personajes aparecen y desaparecen según el momento y el lugar, como Juan, un soldado español que decide alistarse como voluntario en el ejército alemán para que su padre, republicano, pudiera salir de la cárcel que le está consumiendo la vida; o como los hermanos Jean Pierre
Pero la novela no sería como es sin la exquisita pluma de Jesús Díez de Palma: directa, sin cortarse en ningún momento en mostrar al hombre más cruel y violento que os podáis imaginar. Es un libro desgarrador, quizás no apto para personas sensibles, pero necesario para comprender la relación entre la guerra y la muerte. Vidas inocentes que se escapan en un suspiro. Con esta narración delicada y poética, con unos personajes que llegan al corazón y un contexto que te mantiene en vilo hasta el final, entendéis que el autor y su obra ganara el Premio Gran Angular del 2012. Un premio más que merecido.
Por último quiero decir que aunque esta novela está catalogada como juvenil, que nos os engañe la etiqueta, es para todas las edades. Un novela obligatoria ya sea para adolescentes como para adultos; el retrato de la muerte en tiempos de guerra no hace distinciones de ningún tipo.
«Lloraba y gemía como un soldado herido y vencido. Lloraba y gemía como un ser humano que, joven y sano, ve acercarse la muerte».