El festín de las mascaras forma parte de la compilación de relatos de horror realizada por el autor y editor norteamericano ya fallecido J. N. Williamson.
De los siete tomos publicados en Estados Unidos, solo se tradujeron dos al castellano, esté y El baile de las mascaras.
El festín de las mascaras es una recopilación de 40 escritos de horror, entre relatos cortos y poemas. Comentaré solo los que llamaron más mi atención.
En Vagabundo, de Ed Gorman un vendedor de seguros sin suerte llega en pleno Halloween a un pueblo del Medio Oeste de EEUU, en donde ayuda a expiar una injusticia cometida tiempo atrás.
En Reflejos, de Ray Russel, un hombre se enfrenta a una vampiresa, o al menos él cree eso.
Un hombre tiene un ligero fetiche con los maniquíes en el relato La familia feliz, de Melissa Mia Hall. Bastante efectivo.
En Refracciones, de Thomas Millstead una mujer toma los pupilentes de un experto en objetos paranormales y descubre que puede ver las vidas anteriores de las personas. Muy ingenioso.
Un hombre experto en concursos de deletrear palabras utiliza unos poderes bastante interesantes para vencer a sus oponentes en El concurso, de Adobe James. Delirante.
En Por siempre jamas, de Graham Masterton un hombre descubre que una rima infantil que practicaba con su hermano si funcionaba.
En Labios largos, de R. Patrick Gates un incubo acecha la ciudad, matando prostitutas con su enorme "paquete", hasta que la policía contrata a una actriz porno que podría ser la heroína que necesita la ciudad.
Una anciana tiene un desayuno bastante perturbador en El desayuno del domingo, de Jeanette M. Hopper.
En el wulgarú, de Bill Ryan un joven irlandés miembros del IRA (Ejercito republicano irlandés) visita Australia y encuentra cosas fuera de este mundo.
Un asesino en serie visita a una familia del medio oeste norteamericano en El hombre más afortunado del mundo, de Rex Miller.
En el relato En la calle 42, de William F. Nolan un hombre es invitado a un extraño salón de burlesque en la ciudad de Nueva York.
En Todo menos los lazos eternos, de Gary A. Braunbeck una mujer no puede lidiar con el suicidio de su padre.
Una joven recamarera de hotel tiene una terrible experiencia que le provoca ver extrañas visiones en Cuando la pared llora, de Stanley Wiater.
En los Willies, de James Kisner un hombre que odia a los vagabundos tiene un extraño encuentro con uno de ellos.
Un hombre es llevado a apostar todo lo que tiene en una competencia de bebida, aunque su oponente puede ser un poco más extraño de lo normal en La apuesta, de K. Marie Ramsland. Escalofriante.
En Elegido, de G. Wayne Miller un hombre trastornado cree que una locutora es una alienigena que pretende subyugar a la humanidad.
Un chiquillo huérfano escapa en tren a buscar a su madre, y en el camino encuentra a otro vagabundo bastante extraño en Madre e hijo, de Steve Rasmic Tem.
En Mata por mi, de John Keefauver unos atolondrados padres le cumple todos los deseos a su hijo trastornado, todos.
En Afeitado y corte de pelo, dos mordiscos de Dan Simmons, unos niños están convencidos que los peluqueros del mundo forman en realidad un gremio secreto de vampiros. Genial.
Mi queja de siempre en este tipo de recopilaciones es la longitud de los relatos, en vez de meter 40 relatos ultracortos, ¿porque no meter 20 de longitud respetable?.
Aparte de esa ridícula queja no tengo nada malo que decir, excepto que los poemas están un poco fuera de lugar en la recopilación. ¿O sera mi aversión por los poemas la responsable de este rechazo? No lo sé.
Una muy buena recopilación de horror.