El pasado mes de noviembre estuvo repleto de escapadas para disfrutar de los murales que, respondiendo a distintas iniciativas locales, han acabado adornando las fachadas y calles de pequeños pueblos de la geografía española.
Si hace unos días os hablaba de Penelles, la localidad leridana que se ha hecho un nombre en el panorama del street art internacional con su Gargar Festival de Murales y Arte Rural, hoy os traigo la propuesta de Fanzara, una aldea castellonense de 35 km² y apenas 300 habitantes que descansa sobre el valle del río Mijares.
El Museo Inacabado de Arte Urbano
El Museo Inacabado de Arte Urbano o M.I.A.U. acaba de cerrar la convocatoria de su séptima edición, que se celebrará del 2 al 5 de julio de 2020 en esta localidad que se ha convertido, con los años, en algo así como un faro artístico.
Nada hacía vaticinar un resultado tan sumamente positivo cuando, allá por 2005 y después de que el ayuntamiento pidiera acoger un vertedero de residuos industriales en el pueblo, la buena convivencia entre los vecinos quedara gravemente afectada por la división entre partidarios y detractores del proyecto.
Tras años presentando batalla, los planes del vertedero terminaron descartados y el mismo grupo de vecinos que había luchado contra él, en vista del mal estado de un par de muros del pueblo, buscaron a algún artista que les diera lustre. Para su asombro, la convocatoria recibió 21 solicitudes y, en lugar de dos paredes, acabaron siendo 44 las intervenciones realizadas por algunos de los mejores artistas urbanos del país. Había nacido el M.I.A.U.
Como sucede en Penelles, los artistas invitados no reciben ninguna compensación económica, se alojan en casa de los vecinos del pueblo —en su mayoría personas mayores de entre 70 y 80 años— y comen de su comida; así que lo que había empezado con vocación de movimiento social para fomentar la convivencia entre los vecinos del pueblo se convirtió rápidamente en una experiencia colectiva de convivencia, colaboración e intercambio recíproco de aprendizaje entre artistas, vecinos, voluntarios y organizadores.
Las más de 150 intervenciones que actualmente lucen los muros de Fanzara son el testimonio del trabajo de 85 artistas que han respondido al maullido del MIAU a lo largo de sus, hasta ahora, seis ediciones.
La fachada lateral del ayuntamiento, en la plaza del pueblo, exhibe una obra de Xelon XlfLos gatos de Fanzara
De gatos, en Fanzara, habrá habido siempre… y sigue habiéndolos. Ellos son los verdaderos protagonistas, quienes dan nombre al festival.
Incluso tienen un pasaje por el que pasearse como gato por su casa (je, je, je).
Sin embargo, de los que quería hablarte es de los gatos que protagonizan un juego que, de ganarlo, te convertirías en el propietario de la legendaria baldosa fanzarense.
«Los Gatos de Fanzara» son puntos de información digital en forma de baldosa que aparecen junto a los murales. Cada gato contiene un código QR con información sobre ese mural en particular. Si deseas participar en el juego, más allá de conocer los detalles de la pintura, deberás encontrar todos los códigos instalados en los murales y registrarte en la página oficial losgatosdefanzara.com. Si lo consigues, se te hará entrega de una baldosa legendaria.
Estos, los que te harán ganador de la baldosa legendaria | Una de las baldosas con el código QRY luego están, claro, los murales en los que mininos de todo tipo, tamaño y color se te quedan mirando al pasar.
MIAU, un museo sin peros
Si te apetece, puedes recorrer los murales acompañándote de un guía. Para ello, solo tienes que ponerte en contacto con la oficina del llamado Consultorio MIAU y concertar la visita.
A tenor de las reservas recibidas desde el nacimiento del MIAU, son 7500 el número de personas que pasan anualmente por Fanzara, según datos del Consultorio; eso, claro, sin contar las que, como nosotros, prefieren hacer el recorrido por libre.
En esta misma oficina puedes conseguir un plano con las localizaciones de todos los murales, por si eres de los que prefieren ir sobre seguro y no dejarte ninguna obra.
A continuación, copio esta especie de decálogo que los organizadores incluyeron, a modo de presentación, en el folleto del MIAU 2019. Ahí va:
MIAU, UN MUSEO SIN PEROS
Un museo sin salas, pero con más de 100 muros,
sin cuadros, pero con murales,
sin esculturas, pero con intervenciones,
sin grandes presupuestos, pero con grandes propósitos,
sin guardias de seguridad, pero siempre en guardia,
sin extintores, pero con una creatividad incendiaria,
sin pagar entrada, pero porque es supergratis,
sin un director, pero con unos organizadores locos,
sin restauradores, porque todo es efímero,
sin nóminas, porque todos lo hacen por amor al arte,
sin una tienda al final del recorrido, pero con consultorio,
sin una cafetería hípster, pero con dos bares cojonudos,
sin grandes pretensiones, pero con gran pasión,
sin «street art», pero con arte rural,
sin megaurbe, pero en un pueblo de menos de 300 habitantes,
sin ser un negocio capitalista, pero siendo un festival social,
sin peros que valgan…
¡MIAU es GUAU!
Fanzara está rodeado de extensos bosques de pino y encina, pero también de campos de naranjos (que estamos en tierras valencianas).
Esta encantadora plazoleta cuenta con un buen número de intervenciones, no de las grandiosas y muy evidentes, más bien entrarían dentro de las delicadas y divertidas.
Este tipo de intervención, que está por todo el pueblo pero en esta plaza en especial, me pareció de las más ocurrentes. Se trata de frases escritas de la forma en que se dicen en la zona, poniendo de relieve la localización del lenguaje. Divertidísimas.
En este punto, nos encontramos con la señora de la foto, que sin preámbulo alguno nos empezó a hablar de su vida como carnicera, de los años que pasó en el exilio porque en el pueblo no había futuro, de la juventud que ahora hay ahí, toda «muy buena y con estudios», y de lo orgullosa que se sentía de Fanzara. Antes de doblar la esquina, nos acompañó un buen trozo, sin dejar de señalar esto y aquello, de darnos consejos sobre los murales que no debiéramos perdernos y de decirnos que ella sale en una de las obras, que el artista le había pedido una foto antigua para plasmarla en el muro que se disponía a intervenir.
Algunas intervenciones se han hecho en los balcones y terrazas de las casas aprovechando la estancia de los artistas en ellas.
Pasos subterráneos, tapas de contadores, casetas eléctricas… ¡cualquier sitio es bueno para hacer arte!
Algunas intervenciones no van de usar pintura o espray sino de trabajar con otros materiales. El resultado es absolutamente genial.
Algunos artistas optaron por los mensajes, siempre inspiradores.
Otros por personajes fantásticos o composiciones abstractas.
Y algunas más…
Haga click para ver el pase de diapositivas.Se nos había echado la noche encima y decidimos culminar el día con una cena en uno de los dos bares del pueblo, el que estaba abierto. Ambos se encuentran situados en la plaza de la Iglesia, así que entramos en el Bar Dabajo.
También el bar cuenta con sus propios grafitis y, en el interior, nos esperaba el gato de la casa encaramado en lo alto de la barra.
Pedimos un par de bocadillos de longaniza y unas bravas. Había leído en algún sitio que esas eran algunas de sus especialidades y no nos decepcionó en absoluto.
Caminar por las calles de Fanzara supone caminar por un museo sin puertas ni salas en el que poder disfrutar de lo que la fusión entre lo contemporáneo y lo tradicional ha sido capaz de crear en este lugar.
Antes de dejar el pueblo definitivamente, paramos ante el cartel de entrada iluminando con los faros del coche el mural que lo acompaña, obra de SGER, que no pudimos ver a nuestra llegada.
Emprendimos camino acompañados por una luna preciosa.
Más información:
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Bonus track
Al pasar por Onda primero y Vila-real después, fíjate bien porque pasarás por delante de un par de murales que, aun siendo de índole muy diferente, no por ello dejan de tener interés.
La Mostra d’Art i Creativitat de Vila-real, TEST, despidió oficialmente su edición 2018 con «Patriarcado», la intervención urbana con la que la artista argentina afincada en España Hyuro contribuyó al museo a cielo abierto de esta cita.
La obra constituye toda una crítica a la justicia patriarcal sobre la figura de un juez, sin pies ni cabeza, y mantiene la visión extraordinariamente personal, el universo seductor y las referencias a temas femeninos inherentes a las creaciones de la artista. A su juicio, todos los estereotipos y prejuicios de género que confluyen en la violencia sexual contra las mujeres se reproducen en el sistema judicial. Junto a la crítica a la justicia patriarcal, el guiño a la figura de la mujer y la presencia de sus heroínas invisibles se plasman en las puñetas (los bordados típicos de las mangas de la toga de los jueces), muy presentes en la pieza y que hasta fecha reciente se elaboraban con encaje de bolillos, mediante un proceso artesanal y a cargo de mujeres.
En el muro de entrada del IES Serra d’Espadà de Onda se encuentran representados todos los ámbitos que abarca la educación secundaria y el día a día de los estudiantes. Para no perdérselo.
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