El Festival Gigante llevó la mejor música a Guadalajara con dos jornadas en el Fuente de la Niña donde el buen ambiente y la música primaron por encima de todo, se consolida como una referencia.
En esta edición del Festival Gigante, se han vivido muchas emociones, tres escenarios en el recinto, un escenario especial y uno en el Guadalajara en una de las jornadas; se consolidad un especial con buen sonido, firme y con experiencias únicas como la restauración ubicada en el escenario pequeño y con café a disposición del festivalero.
El escenario Guadalajara abría con un cuarteto perfecto; Juan Zelada estaba a las 17:35 empezando, un show con su marca y con su seña de identidad que congregó a bastante gente teniendo en cuenta la hora, su set list, adaptado para el tiempo y la hora se hizo fresco y a la vez muy interesante, permitiendo al respetable cantar y más o menos, conocer por donde irían los siguientes temas, siendo algo más que música en todo caso y aportando todo lo necesario para empezar bien la jornada.
Niños Mutantes aparecían con la noche y con hits como su atemporal Errante. Un directo donde ya estaba toda la gente entregada, esperando a que empezase el primer acorde y con ganas de cantar, de esta manera, la banda supo agradecerlo volviendo al pasado y haciendo un directo donde se vieron momentos mágicos. Algo que cabe destacar es que Menú del día estaba presente dado que Diez era el otro eje frontal, esperamos que vuelvan, muy intensos y de lo mejor de la noche.
Love of lesbian era la tercera banda, con su nuevo disco y sus mejores temas del pasado, junto a algún momento de cercanía extra con el respetable, se metieron a todo el festival en el bolsillo con una escenografía y repertorio dignos de la mejor banda internacional, no faltarían momentos para recordar y es que muchos asistentes fueron solo por ellos; Ales O'Dogherty y Embusteros cerrarían con sus conciertos el escenario; el primero agradecido por estar en el festival y los segundos, con ganas de consolidarse, dos aciertos.
Idealipsticks abrirían el escenario Gigante; sensualidad, fuerza y mucho que decir en un concierto que congregó a mucha gente, la banda se creció en casa, estaban los nervios a flor de piel y no decepcionaron dejando la mejor propuesta recordada en los últimos conciertos de la banda y agradeciendo a los asistentes el madrugón en cierta forma; una pena que no disfrutasen de algo más de tiempo.
León Benavente por su parte hicieron su show, un directo de energía donde todos los temas son conocidos y donde pese a tener conexión con el respetable, se siente el foso y la altura del escenario; algo que su front man, Abrham Boba supo solucionar a golpe de movimientos y aportando esa cercanía en el momento justo bajando esa altura del escenario. La banda se crece en los recintos y eso se notó.
#Más fotos en Flickr.