El fetichismo de pies a estudio

Por Ensentidocontrario

Todavía hay gente que al descubrir que existe algo llamado fetichismo de pies, se llevan las manos a la cabeza y lanzan el grito al cielo No obstante este es uno de los fetichismos más extendidos y más común entre los mortales.

Estudios académicos sobre los comportamientos sexuales y fetiches han descubiertos que los fetiches relacionados con los pies son los más frecuentes entre los que no se incluyen las partes genitales. De hecho, casi la mitad de todos los fetiches tienen como foco los pies y casi dos tercios de los fetichistas asociados a prendas o artículos asociados con el cuerpo son de zapatos o calcetines. Estos estudios fueron realizados con escáneres cerebrales conectados a la mente de los individuos en estudio.

Sigmund Freud afirmaba que “la gente sexualizaba con los pies porque se asemejan a los penes”. Hoy en día, una teoría más científica proviene del neurocientífico Vilanayar Ramachandran, director del Centro para el Cerebro y la Cognición de la Universidad de California en San Diego.

Ramachandran dijo que resolvió el misterio de los fetiches de pie mientras estudiaba el mal funcionamiento del cerebro que conduce al síndrome del miembro fantasma,una condición en la que los amputados sienten como si sus miembros amputados siguen apegados a sus cuerpos, y que pueden mover las extremidades.

Él encontró que el síndrome se produjo cuando una persona crea un “mapa de imagen del cuerpo” en el que diferentes partes del cuerpo están relacionadas y controladas por diferentes regiones del cerebro, estos individuos no borran la parte del mapa que corresponde a la amputación de las extremidades.

En el caso de algunos pacientes con el síndrome del pie fantasma, Ramachandran encontró que los cerebros de los amputados no sólo no logran borrar el pie que falta de su mapa de imagen del cuerpo, si no que además sienten una excitación sexual cuando piensan en estos miembros.

Mucho antes de Ramachandran comenzara su trabajo sobre el síndrome del miembro fantasma, se había observado que las áreas del cerebro asociadas con los genitales y los pies son adyacentes entre sí en el mapa del cerebro corporal. Aun que esto último tampoco demuestra la razón de por que tanta gente se siente atraída por esta parte del cuerpo.

Escena del web site Foot Gods

Otros estudios afirman que la atracción por esta parte del cuerpo pueda venir determinada en el proceso evolutivo, ya que los simios tienden a taparse los la cara con la planta de los pies; algo realmente difícil en el caso de los humanos.

Lo cierto es que también existe mucha gente que crea un rechazo extremo a este tipo de fetiche. Esto depende en gran medida de las áreas geográficas y de motivos culturales.

En muchas culturas se considera a los pies como una parte externa al cuerpo, una zona desagradable que sólo tiene un uso, el de caminar. Por ejemplo los nórdicos están más acostumbrados a andar descalzos sobre los suelos de madera de sus viviendas. Los pies se deterioran, desarrollan enfermedades como los hongos o bacterias y se vuelven duros y callosos. ¿A quién pueden atraerle unos pies sucios y llenos de callos?

Otras culturas son más abiertas a este fetiche, como los países mediterraneos o zonas cálidas del planeta.

Hay gente que le gusta sentir el olor de unos pies sudados, pero ese ya es otro tema que forma parte de estudios más amplios sobre las feromonas y la atracción sexual. El fetiche deriva en el gusto por determinadas partes de los pies, como son las plantas, los dedos, el empeine, los talones y los tobillos.

Otros prefieren las prendas que acompañan a los pies, como son los zapatos, las zapatillas, los calcetines, las medias o las sandalias.

Las productoras de cine porno se han dado cuenta desde hace algunos años de este gran filón y además de las producciones especificas para el público fetichista, la gran mayoría de trabajos muestran ahora una parte del cuerpo que siempre había sido ocultada.

Así ahora uno puede ver una escena de una película sin que los pies del hombre o de la mujer sean cortados como si fueran partes externas o ajenas al sexo.

Mientras el fetiche no se vuelva una obsesión y este pueda ser disfrutado con normalidad y consentimiento, el gusto por los pies y sus accesorios es una práctica sana y placentera como cualquier otra.