La conspiranoia del 11M ha sido el hecho de mayor arrebol en la democracia española reciente y no por la más que probada manipulación de la verdad a la que el gobierno y oposición de entonces sometió al país inmediatamente después del atentado y hasta las elecciones que cambiarían el gobierno, sino porque el hecho dolorosísimo del mayor atentado terrorista en España nos llenó a todos de ira y de preguntas a las que algunos intentaron responder más atentos a su interés que a la búsqueda de la verdad. La causa de la vergüenza es que un grupo de periodistas ,o todólogos enterados, han alimentado sus ansias por dañar al gobierno de Jose Luis Rodriguez Zapatero, con el que me unen poca simpatías entonces y ninguna una vez visto el resultado de su mala gestión, hasta dañar a la totalidad de la democracia. Este tejer conspiraciones alunadas, y por arte de birlibirloque declaraciones pagadas ni interpretaciones a despecho de la lógica han hecho ganar a algunos grandes, ingentes, cantidades de dinero, publicando libros, llenando minutos de radio y televisión, y, también, además han ocultado y hecho dudar a los ciudadanos no solo de la presunta voluntad terrorista del PSOE sino de todo el sistema democrático, la justicia y la policía. Todo valía y vale con tal de seguir en las trece y con seguir dotándose de un protagonismo.
La falsedad está tan cercana a la verdad, que el hombre prudente no debe situarse en un terreno resbaladizo. Cicerón.
La conspiranoia del 11M ha sido el hecho de mayor arrebol en la democracia española reciente y no por la más que probada manipulación de la verdad a la que el gobierno y oposición de entonces sometió al país inmediatamente después del atentado y hasta las elecciones que cambiarían el gobierno, sino porque el hecho dolorosísimo del mayor atentado terrorista en España nos llenó a todos de ira y de preguntas a las que algunos intentaron responder más atentos a su interés que a la búsqueda de la verdad. La causa de la vergüenza es que un grupo de periodistas ,o todólogos enterados, han alimentado sus ansias por dañar al gobierno de Jose Luis Rodriguez Zapatero, con el que me unen poca simpatías entonces y ninguna una vez visto el resultado de su mala gestión, hasta dañar a la totalidad de la democracia. Este tejer conspiraciones alunadas, y por arte de birlibirloque declaraciones pagadas ni interpretaciones a despecho de la lógica han hecho ganar a algunos grandes, ingentes, cantidades de dinero, publicando libros, llenando minutos de radio y televisión, y, también, además han ocultado y hecho dudar a los ciudadanos no solo de la presunta voluntad terrorista del PSOE sino de todo el sistema democrático, la justicia y la policía. Todo valía y vale con tal de seguir en las trece y con seguir dotándose de un protagonismo.
La conspiranoia del 11M ha sido el hecho de mayor arrebol en la democracia española reciente y no por la más que probada manipulación de la verdad a la que el gobierno y oposición de entonces sometió al país inmediatamente después del atentado y hasta las elecciones que cambiarían el gobierno, sino porque el hecho dolorosísimo del mayor atentado terrorista en España nos llenó a todos de ira y de preguntas a las que algunos intentaron responder más atentos a su interés que a la búsqueda de la verdad. La causa de la vergüenza es que un grupo de periodistas ,o todólogos enterados, han alimentado sus ansias por dañar al gobierno de Jose Luis Rodriguez Zapatero, con el que me unen poca simpatías entonces y ninguna una vez visto el resultado de su mala gestión, hasta dañar a la totalidad de la democracia. Este tejer conspiraciones alunadas, y por arte de birlibirloque declaraciones pagadas ni interpretaciones a despecho de la lógica han hecho ganar a algunos grandes, ingentes, cantidades de dinero, publicando libros, llenando minutos de radio y televisión, y, también, además han ocultado y hecho dudar a los ciudadanos no solo de la presunta voluntad terrorista del PSOE sino de todo el sistema democrático, la justicia y la policía. Todo valía y vale con tal de seguir en las trece y con seguir dotándose de un protagonismo.