Los hay fines trágicos, los que mueven fichas internas, y también felices, porque implica pasar a una etapa superadora.
Hay finales que se van en fade, porque no supieron o tuvieron la energía de afrontar la despedida.
Hay momentos en que sentimos un profundo dolor por tener que cortar por lo sano y desprendernos de aquello que nos promueve el cultivo de energía estanca. Hay mayor propensión a enfermedades allí.
Porque no hay vacío, cuando terminamos con algo, estamos necesariamente dando comienzo a otra cosa, que poblará de interrogantes renovados el paisaje.
Ese es el fin. Igual que éste.
The end.