El fin del mundo está cerca

Publicado el 04 octubre 2012 por Poy

El año en el que nos encontramos es según se cuenta, se dice y se rumorea, el año del fin del mundo. En teoría esto es así por un calendario maya, que marcaría el último día de la Tierra como el 21 de diciembre. Pero no es, ni mucho menos la primera vez que surgen estas descabelladas teorías, y desde luego, tampoco es la primera vez que estos temores se plasman en la ficción. Miles son las novelas, series, cómics o películas que hablan de un final desastroso para los hombres. Muchas son las formas que la mente humana ha creado para destruir el planeta: guerras, epidemias, extraterrestres, contaminación... Últimamente todos estos fines catastróficos están de moda en la literatura juvenil gracias a las distopías, y más concretamente a Los Juegos del Hambre. Y es que uno de los componentes que suelen tener estas historias, es el fin del mundo tal y como lo conocemos.
El problema por antonomasia que consigue acabar con el mundo es el propio ser humano, o su avaricia más concretamente. Las ansias por extraer más y más recursos del planeta suelen desencadenar comportamientos extraños, que a la larga son la causa del fin del mundo. Este mismo año hemos podido leer La edad de los milagros, de Karen Thompson Walker, donde Julia nos cuenta cómo está siendo su vida después de que la Tierra tardase más tiempo de lo habitual en rotar sobre sí misma. En este caso, la contaminación y los efectos nocivos provocados por el hombre a la Tierra han originado una catástrofe. Concretamente, la novela nos habla sobre el día a día de una chica de doce años que tiene que pasar por una situación a la que nadie antes se había enfrentado. Esta novela no nos hablará sobre héroes ni heroínas que salvan al mundo, ni siquiera sobre gente que sobrevive en un refugio. Tras la ralentización, término con el que se conoce a ese fenómeno, todo el mundo intenta llevar una vida normal, a pesar de que con cada nuevo capítulo se va viendo que es imposible. Algo radicalmente diferente es lo que ocurre en la trilogía Atherton, escrita por Patrick Carman. Estos libros nos ponen en la misma situación que la novela de Thompson Walker: debido a la sobreexplotación la Tierra ha llegado a un punto de no retorno. Pero en este caso, los seres humanos sí que han intentado dar una solución a ello, y ahí es donde se sitúa el inicio de la trilogía. En este caso sí que habrá héroes y heroínas dispuestos a solucionar el problema terrestre. Inconvenientes como la falta de agua también son muy explotados en la literatura juvenil. En otoño de este mismo año, Noctura publicará The Water War, una novela que cuenta la historia de Vera y Will, dos chicos que sobreviven en un sistema en el que solo los poderosos tienen pleno poder sobre el agua.
Pero no siempre nos da tiempo en estas historias a destrozar el planeta por causas relativas a la naturaleza. A veces es una guerra la que acaba con todo lo que conocemos; a veces, las tensiones que se producen por querer controlar todos los recursos del planeta desatan una contienda, que ocasiona el fin del planeta tal y como lo conocemos. En El juramento de Kimberly Derting podría decirse que sucede algo por el estilo, aunque en este caso el mundo no está en peligro, sino más bien su sistema social. Debido a unas guerras por el poder y la sucesión del trono, se ha establecido una sociedad muy jerarquizada y rígida que no permite la libertad. Algo parecido sucede en la novela de Ruth White, Os gustará esto (como a todos), donde una guerra por el poder ha llevado a la implantación de un régimen carente de albedrío, que controla absolutamente todo lo que hacen los habitantes de Fashion City. No es raro, en estos casos, que aparezca algún tipo de enfermedad derivada de algún virus que alguien ha soltado para castigar las filas de los grupos enemigos, o que se investigue algún tipo de enfermedad que más tarde se escapa. Y claro, este virus se descontrola. Aunque esta teoría ha sido muy recurrida en los últimos años para dar explicación a las plagas de zombies que están presentes en historias de terror o de acción, últimamente está bastante de moda por la serie televisiva The Walking Dead- que por cierto pronto volverá a la pequeña pantalla con nueva temporada. En mayo, Nocturna Ediciones publicaba Cenizas de Ilsa J. Bick , el comienzo de una trilogía que venden como “para los seguidores de The Walking Dead y Los Juegos del Hambre”. La historia trata sobre una chica, Alex, que atraviesa sola unos bosques por donde se encuentra con una niña y su abuelo. A partir de ahí, comienzan a suceder cosas extrañas: pájaros que mueren, aparatos que no funcionan... La misma editorial ya había publicado dos de los tres libros que componen la trilogía de El corredor del laberinto, de James Dashner. Aunque en este caso no se puede decir mucho en lo relativo a la enfermedad, baste decir que la historia comienza con un chico al que han llevado a un claro con otros chicos. Thomas, pues así se llama el chico en cuestión, no recuerda del todo qué es lo que pasó antes de aparecer por allí, pero de algún modo sabe que fuera las cosas no son como él las recuerda.
Por supuesto, también está el tema de las invasiones y los alienígenas. En ocasiones, por más extraños que parezca, el fin del mundo no sobreviene por causas directamente imputables al ser humano; a veces son los hombrecillos verdes los que tienen la culpa de que el planeta llegue a su fin. En The host, de la conocida Stephanie Meyer, la tierra ha sido invadida por unos seres que se introducen dentro del cuerpo de las personas, y que han llegado para quedarse. De esta forma, el mundo como lo conocemos ha acabado, aunque todavía quedan núcleos de resistencia.
Solo nos queda esperar y ver si, efectivamente, ese 21 de diciembre se acaba el mundo como en nuestras queridas novelas juveniles y no tan juveniles. Yo, personalmente, espero que el mundo no acabe con algo tan horrible como un apocalipsis zombie, y también que nuestros queridos mayas no nos hayan vaticinado una sociedad que derive en una distopía. Será que ya sabían que el ser humano acabaría destrozando el planeta...
¿Habéis leído o pensáis leer alguno de los libros? ¡Nos leemos!
Poy