Hasta yo mismo he perdido la cuenta de los libros que he leído de Murakami. Eso, sí, sin orden ni concierto, a medida que por una u otra razón han ido cayendo en mis manos. A lo largo de todos estos años, desde que me empaté tras leer "Crónica del pájaro que da cuerda al mundo", acabé considerando como normal cualquier cosa que pudiese suceder en sus novelas. Ese es uno de sus encantos, casi todo lo que cuenta, hasta que te hable el gato, parece de lo más normal.
Claro que todo tiene un límite, carajo. Yo me imagino a Haruki, que es muy amante del Jazz, escuchando a Benny Goodman tras haberse bajado dos o tres vasos de whisky (la atmósfera de humo es optativa) mientras teclea poseído una historia que parece no tener fin... Creí que había alucinado con La caza del carnero salvaje, pero aquello aún tenía un sentido...
Conste que los capítulos finales son magníficos, pero todavía no tengo claro si justifican la tortura psicodélica por la que tenemos que transitar para llegar al desenlace. Padece un ataque de erudición metafísica como el Umberto Eco en aquella maldita novela...ah sí, el dichoso Péndulo de Focault. E igual de incomprensible para tipos de inteligencia media como un servidor.
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Por último, y en su defensa, le excuso porque es una de sus primeras obras, inmediatamente posterior a La caza del carnero..., y porque después sorprendentemente parió Norwegian Wood (para muchos, su mejor novela).
Así que si no han leído nada de este hombre, recuerden que empezar por esto es una ruleta rusa: si les gusta igual lo que viene después les decepciona por normal. Y si no les gusta, tal vez pierdan la oportunidad de leer a uno de los mejores escritores vivos.
Porque indiferentes no les va a dejar.