El final de un ciclo: Ofrenda a la tormenta, de Dolores Redondo

Publicado el 21 diciembre 2014 por Danieldrozadal

Autora. Dolores Redondo
Título: Ofrenda a la tormenta
Año de publicación: 2014
543 páginas
Editorial Destino
ISBN: 978-84-233-4868-8


   Rara vez suelo comprar y leer una novela a los pocos días de haberse publicado. No sabría decir un por qué razonable y no discutible de llevar a cabo esta máxima, mas suele ser la mayoría de veces por falta de tiempo o por dedicarme a otras lecturas y/o quehaceres estudiantiles. Y como en toda regla no escrita siempre hay excepciones y en esta ocasión así ha sido.

   La oportunidad o la ocasión la merecía: el final de la Trilogía del Baztán, la serie de novelas de género negro ambientadas en el valle del Baztán escritas y publicadas por Dolores Redondo con Amaia Salazar- inspectora de Homicidios de la Comunidad Foral de Navarra- como personaje clave de las tres novelas que componen esta serie, y de las que de El guardián invisible y  Legado en los huesos ya "rendí cuentas" en este mismo espacio virtual.

   Con Ofrenda a la tormenta Dolores Redondo ha cerrado un ciclo, ha culminado un proyecto literario que ha generado ríos de tinta, así como multitud de apariciones directas e indirectas en diferentes medios de comunicación, amén de adaptaciones literarias (El guardián invisible, su primera novela de la serie, ha sido adaptada al género de la novela gráfica, por citar un ejemplo destacado de la proyección que ha tenido esta trilogía).

  Ya apuntaba en la entrada que dediqué a El guardián invisible que me había agradado más de lo previsto, pues consideraba que esta novela  tenía "algo diferente" que le hacía especial, que esa combinación entre la trama policial habitual en este género literario, la vida personal de la protagonista y elementos de la  mitología popular suponía un toque diferente, poco frecuente, en novelas del género negro (a excepción tal vez de las novelas de John Connolly en el que el toque sobrenatural hace acto de presencia, aunque a decir verdad no son estrictamente comparables), algo que se confirmó con la segunda de las novelas Legado en los huesos, y que continúa con la última novela de la serie que hoy deseo compartir en este blog: Ofrenda a la tormenta.

 Pese a lo expuesto en este último párrafo debo apuntar que con Ofrenda a la tormenta, al menos a mi entender, Dolores Redondo ha dado un pequeño giro. Mientras leía la novela he tenido la sensación que la autora volvía a lo clásico, o tal vez sea mejor apuntar, a lo habitual en el género de la novela negra, pues en esta última parte de la trilogía se ha centrado más en la trama policial, en el hecho delictivo, en la corriente de investigación que Amaia Salazar y su equipo debían seguir, que, y como sucedía en las dos anteriores entregas, en el aspecto personal y en el apartado de mitología popular (ambos aspectos siguen presentes, eso es cierto, pero en una proporción menor.

   Cierra Dolores Redondo una etapa, un ciclo y así se observa en el transcurso de la novela, pues va cerrando- en ocasiones de manera algo abrupta- ciertos capítulos, sobre todo del ámbito familiar; va cerrando tramas, mas uno al acabar de leer la obra vuelve a tener otra sensación. Y es que no cierra del todo dos frentes, lo que hace suponer que Amaia Salazar puede volver en un futuro a protagonizar alguna novela escrita por Dolores Redondo.


   [...] "La niña dormía boca arriba enfundada en un pijama aterciopelado y cubierta hasta la cintura por un edredón de florecillas que el intruso retiró para poder verla entera. el bebé suspiró ensueños, de entre sus labios rosados resbaló un hilillo de baba que dibujó un rastro húmedo en la mejilla. Las manitas gordezuelas, abiertas a los lados de la cabeza, temblaron levemente antes de quedar d nuevo inmóviles. El intruso suspiró contagiado por la niña, y la oleada de ternura le embargó durante un instante, apenas un segundo, suficiente para hacerle sentir bien.
 [...]
 Notó cómo el corazón se le aceleraba al tiempo que la piel se perlaba de agua comenzando a transpirar copiosamente. Enfadado de pronto, apartó con furia el osito de su cara y con gesto decidido lo situó sobre la nariz y la boca del bebé. Luego simplemente presionó.

 [...]

(página 13-14 )

  La muerte de un bebé, presuntamente por muerte súbita, y su posterior investigación es el punto de partida de esta última entrega de la serie de novelas que tienen a la inspectora Amaia Salazar como referente entre el abanico de personajes que aparecen. Y sobre esta muerte se va desenredando un hilo, policial y narrativo, que deja como en las anteriores novelas escenas realmente escalofriantes y capítulos que invitan al lector a leer más, a seguir la trama policial hasta el final.

  Si en El guardián invisible teníamos al basajuan y en Legado en los huesos al tarttalo como elementos clave de la mitología popular vasco-navarra y piezas fundamentales en el desarrollo de cada una de las novelas, en esta Ofrenda a la tormenta Dolores Redondo nos acerca a Inguma:


    [...] Inguma es el demonio que se bebe el aliento de los niños mientras duermen. Inguma entró por las rendijas, se sentó sobre el pecho de la niña y se bebió su alma.
 Amaia abrió la boca, desconcertada, y volvió a cerrarla sin saber qué decir.
- También crees que son cuentos de vieja- la acusó la anciana.
- No.
- En la historia de Baztán está escrito que en una ocasión Inguma se despertó y se llevó a cientos de niños. Los médicos que era la tosferina, pero era Inguma, que venía a robarles el aliento mientras dormían.
(pág 43)

[...]

  - " Es curioso, la bisabuela de la niña me contó que Inguma es un demonio de la noche, una criatura que se cuela en las habitaciones de los durmientes, se sienta sobre su pecho y los asfixia robándoles el aliento- dijo dirigiéndose sobre todo a Etxaide-. Afirmó también que él había matado a la niña. 

- Vaya, es una de las criaturas más antiguas y oscuras de la mitología tradicional, un genio maléfico que aparece de noche en las casas cuando sus moradores se hallan dormidos, estrangula sus cuellos, dificultándoles la respiración y causándoles una increíble angustia; se le considera causante de horribles pesadillas, ahogos nocturnos y lo que ahora se conoce como apnea del sueño, un período en el que el durmiente deja de respirar sin causa aparente y vuelve a hacerlo en algunos casos a los pocos segundos y en otros se prolonga hasta causarles la muerte. [...] Se solía recitar una fórmula mágica antes de dormir para protegerse de ese demonio, decía algo así como: "Inguma, no te temo" [...]

 (pág 67)
  De los personajes que hemos conocido en las anteriores entregas tiene en esta tercera novela de la serie un especial protagonismo el juez Markina, para agrado y disgusto de Amaia Salazar. Y es que en esta novela algunos de los personajes no son lo que parecen. Dolores Redondo presenta unos giros a las diferentes tramas que protagonizan- algunos de los cuales podría decir que previsibles, le da una vuelta a algunos de los personajes (el eterno marido James, los diferentes compañeros de investigación de Amaia, con especial relevancia para Jonan, el mismo Markina, el doctor Sarasola) que consiguen atrapar al lector, que permiten decir que esta novela, al menos para mí, es la mejor de las tres que forman la Trilogía del Baztán.
   Entrada aparte merecen tener los diferentes miembros de la familia de Amaia, pues podemos seguir diferentes hilos narrativos y conocer en profundidad a la protagonista.
  Novela, y por tanto trilogía, totalmente recomendable, pero eso sí es necesario leer las novelas por orden de aparición, pues tanto en la segunda como en la tercera y última novela de la serie encontramos detalles, cuestiones que se abordan con anterioridad y están claramente interrelacionadas.