El final del ave fénix, de Marta Querol

Publicado el 16 noviembre 2013 por Goizeder Lamariano Martín
Título: El final del ave fénix Autora: Marta Querol Editorial: Ediciones B Año de publicación: 2012 Páginas: 526 ISBN: 9788498727166 Después de leer El hotel de los líos y La tienda de los recuerdos perdidos me acerqué a la estantería a rebuscar entre los libros que me había prestado María, de De todo un poco, con ganas de algo más profundo, que me llegase más. Así que cuando vi El final del ave fénix, la novela histórica de Marta Querol, no me lo pensé dos veces y la cogí. Comencé a leer el libro un mediodía, mientras comía en un restaurante de un centro comercial. Las doce páginas del prólogo fueron como una bofetada, como un jarro de agua fría.  Nada más comenzar a leerlo no pude evitar llorar. Me daba muchísima vergüenza, ya que estaba en un lugar público, rodeada de mucha gente, pero no podía evitarlo. No podía dejar de llorar, pero tampoco podía dejar de leer. La historia me había atrapado, y de qué manera.
En la primera parte del libro, Infancia, la autora nos traslada con gran maestría al Valencia de 1934, donde nace Elena Lamarc Atienza, hija de Gerard Lamarc, un francés vividor, empresario, mujeriego, prepotente, machista y egoísta, y Dolores Atienza, la menor de cuatro hermanos y sometida a la estricta disciplina de su padre, don Gonzalo, un militar autoritario. Página a página conocemos la historia no solo de la pequeña Elena, sino también de sus padres, su propia infancia, su pasado y, sobre todo, su presente, su historia y cómo se conocieron y llegaron a casarse y a formar una familia. Al mismo tiempo conocemos a Carlos Company, un niño de la misma edad que Elena, pero con una vida totalmente distinta. Él no pertenece a la clase alta de la sociedad, su familia no tiene dinero, ni negocios, ni reputación ni nada. Sobrevive gracias a su imaginación. Carlos es un muchacho muy despierto, espabilado, independiente y siempre sale airoso de cualquier situación. Incluso cuando su padre se queda viudo y él y su hermana Lucía son obligados a irse a vivir con sus tíos, que no sienten por ellos ningún apego ni cariño, siendo así separados de su padre y sus otros dos hermanos. Las vidas de Elena y Carlos transcurren paralelas pero a la vez muy distanciadas. Ellos y sus familias viven la Guerra Civil de forma muy diferente. Pero los dos tienen algo en común. Sus familias no son normales ni convencionales. Ambos crecen sin el calor de la familia, sin cariño, sin afecto, sin el entorno que se supone necesario para que cualquier niño crezca feliz sabiéndose querido. Pero con el paso de los años ninguno de los dos podrá evitar que sus vidas se entrecrucen, ya que sus destinos están irremediablemente unidos. No puedo evitar sentir un cariño muy especial por Elena, un personaje al que conocemos desde su nacimiento, inesperado y odiado, hasta su muerte. La acompañamos a lo largo de su infancia, su juventud y su madurez. Una infancia en una familia frívola, que vive únicamente para mantener las apariencias ante sus amigos, de cara a la galería, presumiendo de clase social, de negocios, de lujos, cuando la realidad de puertas adentro es muy diferente. En el hogar familiar reinan el desprecio, los insultos, los celos, el egoísmo, las discusiones, los silencios, las mentiras. Entre el matrimonio y entre padres e hijos. Nadie se libra. Pero Elena es una niña inteligente, despierta, resolutiva, que hace frente a los problemas y a los obstáculos buscando soluciones y poniéndolas en práctica. Por eso a lo largo de su juventud y, sobre todo, su madurez, la veremos crecer pero, sobre todo, evolucionar, como persona y como personaje. La veremos plantar cara a su padre, intentar ayudar a su madre pero sin dejarse arrastrar por ella, luchar por sus sueños, sus ideales y sus derechos. A Elena le toca vivir en una sociedad clasista y machista, en la que la mujer, sin la autorización de su padre o su marido, no tenía derecho a nada. No tenía independencia económica. Pero Elena no está dispuesta a acatar esas normas que a ella le parecen absurdas y se revelará contra ellas demostrando a todo el mundo que es muy capaz de lograr cualquier cosa que se proponga por más obstáculos que se encuentre en su camino. Con la misma pasión con que se le coge cariño a Elena se siente lástima por ella por sus desgracias, su soledad, su mala suerte. Y, cómo no, se odia a otros personajes con la misma pasión. Porque en esta novela todos los personajes desempeñan un importante papel y todos son capaces de transmitir muchísimo al lector. Pero no penséis que Elena es de esos personajes que sienten lástima por sí mismos y se regodean en sus desgracias. Ella es como el ave fénix, siempre renace de sus cenizas, siempre se levanta y sigue adelante, es una luchadora incansable, una mujer valiente, con muchísimo coraje que le hará enfrentarse a sus problemas familiares, a los de los negocios de su familia y los suyos propios, a sus problemas personales. Porque si algo me ha gustado de esta historia, además de la propia Elena, son los variados temas que trata. Las relaciones matrimoniales plagadas de celos, infidelidades, histerias y discusiones. Los negocios de confecciones de los Lamarc, el hambre y las penurias que las clases medias y bajas sufrieron en la Guerra Civil, el machismo, el clasismo. Por si fuera poco, la ambientación de Valencia, la época, también están muy logradas, los personajes igualmente están muy bien perfilados, resultan muy cercanos, reales y humanos, para lo bueno y para lo malo, la trama es ágil, con mucho ritmo, la historia engancha muchísimo desde la primera y hasta la última página, vamos, que no se le puede pedir nada más a esta historia. Bueno sí, sí se le puede pedir algo más. Que no se terminase. Sus más de 500 páginas me han sabido a poco, a muy poco. Pero por suerte esto tiene fácil solución. La historia sigue en la segunda parte de esta saga familiar, titulada Las guerras de Elena, un libro que no tardaré mucho en leer. Porque no me resigno a despedirme del ave fénix y pensar que realmente tiene un final.   Si te interesa el libro puedes encontrarlo aquí