Marc Overmars fue uno de los mejores extremos del mundo a finales de la década de los 90. Veloz, vertical, habil y ambidiestro, el holandés era un futbolista de muchos kilates que triunfaba con la camiseta del Arsenal y de la selección holandesa.
En el verano del 2000, el Barcelona, que acababa de perder a su estrella Luis Figo, fichado de manera sangrante por el eterno rival, el Real Madrid por 10.000 millones de las viejas pesetas, decidió invertir parte de ese dinero en traer al holandés que como hemos dicho, era uno de los mejores del planeta fútbol en su momento.
Pero ser un fuera de serie no te garantiza triunfar en cualquier sitio y menos, si la suerte no te acompaña. De esos 10.000, el Barça invirtió 6500 en firmar al habilodoso extremo nacido en 1973. El holandés, llegó procedente del Arsenal junto a Petit del que ya te hablamos en un anterior artículo. En ambos casos, la cosa salió mal. En el caso del holandés por el tema de las lesiones.
Marc Overmars en Barcelona, un fuera de serie lastrado por las lesiones
Una grave lesión de rodilla, una sucesión de recaídas y una serie de problemas hicieron que no llegara ni a cumplir su contrato con el Barcelona y que lo rescindiera para dejar el fútbol en 2004, cuatro años después de su fichaje. Se marchó perdonando su ultimo año.
Para más inri, el club no ganó ningún título durante su etapa, algo imperdonable para un equipo de la entidad del culé cuyo inicio del siglo XXI fue más bien lamentable, sobretodo por una nefasta gestión de la entidad por los directivos de la época.
Sin embargo, no todo fue malo en la etapa de Marc Overmars en el Barça. También dejó algún partido para el recuerdo aunque quizás muy poco bagaje para uno de los mejores jugadores de su momento y que además, había costado una morterada de millones. Al final su bagaje en el Barcelona fue de 99 partidos y 15 goles en todas las competiciones y dejó la sensación que un jugadorazo como él hubiera podido brillar más si hubiera jugado en otro Barça que el que le tocó vivir. Una pena.