El Floridita: Donde viven las leyendas

Por Vagabond

Viajar a Cuba (y sobre todo a La Habana) y no ir al Floridita es como visitar París sin detenerse ante la torre Eiffel. Y es que en esta bar-restaurante ha visto desfilar todas las grandes personalidades que han pasado por ciudad desde hace más de 185 años.
Mirando atrás
En el año 1817 la esquina de Obispo y Monserrate vio abrir un local que se llamaba “La Piña de Plata”. Con el pasar del tiempo este sitio se convirtió en El Floridita y se ganó definitivamente un lugar privilegiado entre todos los bares del mundo.
En el año 1953 la Revista Esquire lo reconocería como uno de los 7 bares más famosos del mundo y posteriormente, en el 1992, se le concedió el Premio “Best of the Best Five Star Diamond” de la Academia Norteamericana de Ciencias Gastronómicas. ¿La razón del premio? Su Daiquirí y la especialización en pescados y mariscos.
Atrayendo celebridades
Por El Floridita han pasado tantas celebridades que sería prácticamente imposible enumerarlas todas. Algunos de los personajes contemporáneos más famosos han sido: Giorgio Armani, Pierce Brosnan y Fernando Campoamor.
Sin embargo, el huésped por excelencia del Floridita ha sido Ernest Hemingway. El Premio Nobel de Literatura pasaba horas en la barra del bar escuchando las historias de los cubanos asiduos al local y bebiendo su bebida favorita: el Daiquirí (que posteriormente cambió a su gusto y es lo que hoy se conoce como Papa’s trago).
De hecho, hoy podrás ver a Hemingway ocupando su puesto en una esquina de la barra, justo en el lugar que él solía ocupar. La estatua realizada en bronce y en tamaño natural no te pasará desapercibida.

¿Qué comer?
Aunque el menú es muy variado, sin lugar a dudas una óptima elección será el Gran Plato Hemingway, una deliciosa mezcla de langosta, camarón y el pescado. Pero si deseas degustar algo más auténtico deberás decantarte por la Rueda de Pargos “Ambos Mundos” o el Enchilado de Langostas. Al contrario, si solo deseas picar algo podrás pedir el Coctel de Camarones del Golfo, uno de los platos más solicitados.
Obviamente, los precios no son tan económicos como en otros bares y restaurantes de La Habana pero vivir este ambiente bien lo merece.