Cuando hablamos de los libros que nos han gustado, lo habitual es que nos refiramos a la historia que se cuenta en ellos, los personajes que aparecen, o algunas escenas memorables. No es habitual que nos centremos en los recursos literarios que emplea el autor, su manejo de las estructuras gramaticales o el buen uso de los signos de puntuación, ¿verdad?
Tan solo quería compartir algunas reflexiones con vosotros sobre este aspecto de la escritura. Desde mi punto de vista, en las novelas lo que más importa es el fondo, pero la forma es determinante. Si tienes una buena historia, pero la cuentas mal, te has cargado la historia. Es lo mismo que ocurre con los chistes. Ahora bien, si tienes un don para contar chistes pero tu repertorio no tiene gracia alguna… Lo sé, es posible que, aun así, logres arrancar las risas del público, pero para conseguirlo tus dotes deben superar en mucho las de la media.
Hace tiempo dediqué una entrada a “la escritura transparente”. Es el título de un libro sobre estilo que leí y me gustó bastante. La forma buena es la que nos permite ver el fondo como un cristal bien limpio. Es lo complejo de la sencillez. Hace falta mucho tiempo para preparar un buen discurso improvisado. Hacen falta muchas revisiones para lograr un estilo sencillo.
¿Un consejo? Lee tus escritos en voz alta. Ya verás cómo, de ese modo, te percatas de cuándo sobra una palabra, falta una pausa, se produce una rima interna…
Céntrate en la historia, pero recuerda que para que se vea bien el paisaje el cristal tiene que estar limpio
Un saludo y feliz año nuevo.