El Foro de Sao Paulo desafía a la derecha continental

Publicado el 28 julio 2019 por Santamambisa1

Por Marco Teruggi

El Foro de Sao Paulo comenzó antes de su inauguración formal. El evento más antiguo de unidad progresista y de izquierda latinoamericana fue convertido desde días antes en blanco de ataque de las derechas. El Grupo de Lima, reunido en Buenos Aires el 22 de julio, se pronunció abiertamente en contra. La razón pública principal fue su realización en la capital de Venezuela.

“Ha habido una presión, una gran campaña contra el Foro, hay una necesidad de destruirlo”, afirmó Enrique Ubieta Gómez, director de la revista Cuba Socialista. Las operaciones para impedir su realización fueron varias. “Trataron de sabotear este evento con los pasajes, cancelando rutas de vuelo, atacaron a quienes están participando”, señaló por su parte Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional Constituyente.

Los ataques no impidieron la inauguración del Foro en Caracas el jueves 25. Llegaron 190 organizaciones de América Latina y de varios continentes, tanto partidos políticos, como movimientos sociales, de trabajadores, parlamentarios -como, por ejemplo, once europarlamentarios- e intelectuales.

Los inicios

Se trata de la edición número 25 del Foro de Sao Paulo. En su nacimiento estuvieron dos hombres claves: Fidel Castro y Lula Da Silva.

“Nació como una conjunción de partidos políticos, una verdadera feria ideológica, como decía Lula, donde diferentes sectores, después de la caída del socialismo real con el apoyo de Fidel, comenzaron a construir esta integración”, explica Rony Corbo, del Frente Amplio, de Uruguay.

“Había una sensación de desesperanza, orfandad, era necesario reorganizar a la izquierda, que volviera a reunirse en un sentido amplio”, afirma Ubieta Gómez. En ese contexto se decidió formar el Foro.

Fue el primer momento. Los debates eran otros: “Tenía que ver con la resistencia al neoliberalismo y la democracia representativa impuesta desde arriba, neoliberalismo como modelo económico y esa democracia como sistema político”, analiza Hugo Moldiz, ex ministro de gobierno bajo Evo Morales.

En ese contexto las preguntas eran, por ejemplo: “cómo la izquierda construía una estrategia lo más común posible para no solamente resistir al neoliberalismo, sino para enfrentar su mecanismo de dominación”, sostiene Moldiz.

Fue el tiempo donde surgieron movimientos sociales en varios países del continente, estallidos populares, resistencias frontales contra un orden excluyente, los primeros ensayos electorales con capacidad de disputa. Hasta que llegó Hugo Chávez a la presidencia de Venezuela.

El segundo momento

El triunfo de la revolución bolivariana en 1998 abrió la puerta a una nueva etapa continental. Llegaron al gobierno proyectos progresistas, de izquierda, como en Brasil, Argentina, Uruguay, Bolivia, Ecuador, El Salvador. Los debates, en consecuencia, también se ampliaron.

Moldiz explica que uno de esos nuevos debates era: “Cómo la izquierda es capaz de utilizar espacios institucionales para volcar todo lo acumulado durante la resistencia”. La pregunta tenía respuestas diferentes según los procesos, en particular aquellos que habían conformado una Asamblea Nacional Constituyente, y aquellos que mantuvieron la arquitectura institucional heredada al llegar al gobierno.

En el primer caso, el ex ministro de gobierno afirma que se buscó “construir una nueva estatalidad y una oportunidad de construir una democracia más allá de la representativa, directa, participativa”.

Ese tiempo político latinoamericano tuvo momentos fundantes. Uno de ellos fue la Cumbre de las Américas en el 2005 en Mar del Plata, Argentina, y lo que fue conocido como la derrota al Acuerdo de Libre Comercio para las Américas, un acuerdo económico que buscaba imponer Estados Unidos. En aquellos días estaban en la presidencia Hugo Chávez, Néstor Kirchner, Lula da Silva, Tabaré Vázquez, Fidel Castro, y Evo Morales era un dirigente cocalero que caminaba en la cabecera de la movilización por las calles de la ciudad argentina.

Esa etapa permitió construir diferentes mecanismos de integración continental: la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), y se proyectaron varias iniciativas conjuntas como la idea del Banco del Sur.

¿Cuáles fueron los momentos que marcaron el cambio de época? El golpe de Estado en Honduras, en Paraguay, la muerte de Chávez, la derrota electoral en Argentina, el giro de 360 grados del presidente Lenin Moreno en Ecuador, la consolidación de la persecución de líderes políticos a través del poder judicial, entre otros.

El tiempo actual

Ubieta Gómez se refiere a una idea fuerza en el Foro: “la ofensiva del imperialismo norteamericano contra la izquierda y el progresismo latinoamericano”. Se está frente a esa avanzada y es necesario, en consecuencia, construir unidad continental.

“La unidad en la diversidad, lo fundamental es que tenemos un enemigo común, y hay que llamarlo por su nombre, es el imperialismo, no es solo un país, un presidente, y tiene esos presidentes que son procónsules que han aparecido en América Latina que le están sirviendo”, afirma el director de Cuba Socialista.

Corbo, de Uruguay, donde habrá elecciones presidenciales en octubre, define la necesidad de coordinación de “acciones para enfrentar la contraofensiva norteamericana”, a la vez que “revertir lo que han sido algunas derrotas electorales y retomar la ofensiva”.

“Hay una suerte de precario equilibrio inestable de fuerzas, porque tampoco ellos han logrado todo lo que querían”, caracteriza Moldiz. En ese contexto se abren varias preguntas: “Cómo volver a ser gobierno donde se ha perdido, cómo volver a serlo superando las limitaciones que se han tenido en el pasado”.

Se trata, afirma, de “profundizar no solo gobiernos sino procesos que potencien la aspiración, el horizonte emancipador de nuestros pueblos”. Eso significa, “romper camisas de fuerza que no hemos logrado superar, abrir espacios para mayor participación y protagonismo de los pueblos que vayan subvirtiendo la propia institucionalidad que hemos construido”.

La agenda de este año tendrá varias fechas electorales claves, en Uruguay, Argentina y Bolivia, asuntos permanentes, y un eje clave: la revolución bolivariana.

Venezuela

“Estamos aquí para decir al mundo y al pueblo venezolano que Venezuela no está sola, estamos con ustedes, estamos aquí para decirle al presidente Nicolás que estamos contigo, estamos aquí para decir al señor Trump que saque sus manos sucias de Venezuela, de América Latina”, afirmó Mónica Valente, del Partido de los Trabajadores, de Brasil, al tomar la palabra en el acto de inauguración.

La dirigente brasileña se refirió a puntos centrales del Foro de Sao Paulo. Uno de ellos es la paz en Colombia, lo que significa, entre otras cosas, el cumplimiento de los acuerdos de paz y el fin del genocidio de líderes sociales. Junto con eso tuvo una mención central el pedido de libertad a Lula da Silva.

En cuanto a las elecciones en puertas, Valente manifestó, en nombre del Foro, el apoyo a las candidaturas de Alberto Fernández y Cristina Fernández en Argentina, a Evo Morales en Bolivia, y a Daniel Martínez y Graciela Villar.

Cabello, también vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela, se refirió a la importancia de la realización del Foro en Caracas, en un momento de asedio al país. Destacó el peso del reconocimiento a Maduro como presidente, unido al de los 120 países reunidos recientemente en Venezuela en el marco de la reunión del Movimiento de Países no Alineados.

En cuanto a los desafíos, señaló la necesidad de concretar los acuerdos: “debemos salir de aquí con propuestas de actividades que seamos capaces de cumplir, muchas veces hacemos propuestas, queda bonito en lo estético, pero no llegamos a lo que deberíamos llegar”.

El Foro se ha transformado así en epicentro de los debates latinoamericanos y mundiales de izquierdas y progresismos. Durante su realización ocurrieron hechos significativos, como la renuncia del gobernador de Puerto Rico, nuevas sanciones a Venezuela por parte de Estados Unidos, y movilizaciones en Colombia contra el asesinato de líderes sociales y políticos.