EL denominado gas pizarra es ya deseado por muchos países europeos, ya que consideran una enorme ventaja competitiva la revolución del shale gas de los Estados Unidos y los costes de la energía barata en comparación con Europa. Sin embargo, la geología en Europa es muy diferente y la oposición pública por razones ambientales es fuerte. Para saber más sobre esta regulación y este brusco cambio de opinión de les instituciones, el eurodiputado catalan Raül Romeva Rueda(Grupo de los Verdes/ Alianza Libre Europea) responde a unas cuántas incognitas.
De hecho, el pasado mes de Octubre de 2013, el Parlamento Europeo votó a favor de incluir tanto en la fase de exploración como en la de explotación los proyectos de fracking en la legislación europea sobre la Evaluación de Impacto Ambiental ( EIA ). Parecía que por fin se podrían tener en cuenta los numerosos impactos negativos sobre el medio ambiente, la salud y el clima asociados a este tipo de proyectos. Sin embargo, recientemente, la Comisión Europea ha dado luz verde a los proyectos de fracking en Europa excluyéndolos de la Directiva de estudios de impacto ambiental y dejando a los estados la competencia para aprobar o denegar permisos para explotaciones según su criterio. Aunque a finales de enero la Comisión reconoció y aceptó tener en cuenta los impactos en relación al fracking que el Grupo Verdes / ALE habíamos expuesto finalmente se ha rendido a la presión de los lobbies y los Estados miembros interesados en promover el fracking y se ha limitado a dar algunas recomendaciones no obligatorias .
¿Porque se oponen algunos estados miembros y lobbies en la exploración? ¿cuáles serían los principales motivos?
El desarrollo de proyectos de shale gas tienen el riesgo de dañar los suministros de agua dulce y contaminar el agua potable, tanto para la filtración de los productos químicos y la arena de sílice inyectados en la tierra como por los elementos radiactivos naturales que ascienden a la superficie durante el proceso. El fracking necesita un elevado consumo de agua que queda inutilizable una vez se ha utilizado y el consumo de combustible que se utiliza para la extracción provoca un aumento de las emisiones de CO2 y de otros gestos que hacen aumentar la contaminación atmosférica. Estos proyectos, tienen el riesgo de impactar muy negativamente sobre el medio ambiente, nuestro paisaje y nuestra agricultura, pueden provocar terremotos y tienen efectos graves sobre la salud humana. El auge de la perforación del fracking iniciado hace una década a los Estados Unidos nos ha permitido conocer y documentar todos estos impactos negativos. No debemos permitir que Europa tropiece otra vez con la misma piedra y cometa los mismos errores que se han cometido en los Estados Unidos.
¿Cuáles son los principales estudios que son necesarios llevar a cabo?
Previamente a la fase de exploración es necesario que se lleve a cabo una exhaustiva y completa evaluación de impacto ambiental que tenga en cuenta todos los posibles impactos y riesgos del proyecto en el medio ambiente pero también en la población en cada una de sus fases. Esta Evaluación de Impacto debería incluir informes geológicos y sísmicos de la zona y un análisis de las condiciones ambientales previas al inicio del proyecto, entre otros. Es muy importante que, para prevenir conflictos de intereses con los desarrolladores del proyecto, las personas que llevan a cabo las evaluaciones de impacto sean expertos que tengan las calificaciones necesarias, la experiencia y conocimientos técnicos. Éstos, deben ser capaces de trabajar de manera científicamente objetiva, independiente del promotor o las propias autoridades públicas. Además, es necesario que durante el proceso de elaboración de la evaluación de impacto ambiental se informe y se consulte a la población.
¿Y ahora que? La regulación a nivel europeo no es suficiente, ¿cómo funcionará los próximos meses?
Está claro que la normativa europea en cuanto al fracking no es suficiente. Hay que seguir insistiendo para conseguir que la UE obligue a incluir los proyectos de fracking en la Directiva de Impacto Ambiental. Esta Directiva, actualmente en fase de revisión, es un texto extremadamente importante en cuanto a la política ambiental europea y supone el principal instrumento de prevención de los riesgos para la salud y el medio ambiente. De momento, sólo tenemos las recomendaciones ( no obligatorias ) de hacer caso a las recomendaciones de la Comisión. Estas, invitan al Estados miembros a planificar con antelación y evaluar los posibles efectos acumulativos antes de conceder licencias, así como examinar detalladamente los impactos y riesgos ambientales. También recomiendan que se garantice que la integridad del pozo de extracción se ajusta a las mejores prácticas. La Comisión plantea a los gobiernos que verifiquen la calidad del suelo, el aire y el agua de la zona antes de que comiencen las operaciones, con el objetivo de controlar cualquier cambio y poder hacer frente a los riesgos que se planteen. Además, también recomienda controlar las emisiones de gases, incluidos los gases de efecto invernadero e informar a la opinión pública cuáles son los sustancias utilizadas en cada miedo de extracción. La idea es que la Comisión controle la aplicación de estas recomendaciones y que en un plazo de 18 meses revise si este enfoque es suficiente o bien es necesaria una legislación. Nosotros seguiremos insistiendo para que prevalezca el principio de precaución y que los proyectos de shale gas estén sometidos a la legislación comunitaria y se incluyan dentro de la Directiva de Impacto Ambiental.
¿Hay en Europa unas buenas condiciones para la explotación del shale gas ?
Lo que hay en Europa es una gran necesidad de no llevar a cabo iniciativas que pueden tener efectos lamentables e irreversibles.
¿Tendría el shale gas el mismo éxito que en Estados Unidos? Éste ha hecho más barato el precio de la energía en Estados Unidos, ¿es el shale gas entonces la solución para Europa?
De ninguna manera. Es un intento de apurar las migajas que quedan en el plato después de haber agotado los hidrocarburos. Hay que romper con el mito del shale gas. Contrariamente a lo que nos quieren hacer creer, el fracking no hará desaparecer la dependencia energética ya que esta energía se la quedarán las grandes compañías explotadoras y por tanto, seguiremos dependiendo de las grandes empresas de energías sucias. El fracking no es la solución. Lo que hace falta es que Europa apueste por un modelo energético más sostenible, justo y eficiente que se base en las energías renovables, en la eficiencia y en el ahorro energético en vez de potenciar un modelo ineficiente y peligroso para la salud y el medio ambiente basado en las energías sucias. Si se está generando este debate a favor y contra del fracking es porque no se está apostando por las energías renovables, que son la alternativa real para conseguir una mayor democratización de la energía y una disminución del precio de ésta.
Algunas personas dicen que el gas de esquisto es económico ya que ha sido subvencionado por las autoridades y no incluye los costos ambientales. ¿Es esto cierto?
Los beneficios económicos del Shale gas no están claros. Aparte de no incluir los elevados costes ambientales que estos proyectos tienen implícitos, para que las explotaciones sean rentables los precios de gas deben ser muy altos. Además, hay que tener en cuenta que la producción de los pozos se reduce en muy poco tiempo y por lo tanto, es necesario buscar y abrir nuevos pozos continuamente. Los únicos que se benefician económicamente del fracking son las grandes empresas petrolíferas que al final de las explotaciones, dejan al medio ya la población un territorio destruido. Todo ello nos hace pensar que nos encontramos ante una nueva burbuja económica.
Abandonando el debate de si el fracking es o no es la solución, lo que a mi me sorprendre es: ¿Por qué Europa no propone una legislación adecuada? ¿demasiada ambición? Será que és más fácil quedarse con una legislación a medias y por tanto, defectuosa…
MARIA GOBERN