Tras la guerra civil España vivió una larga dictadura personal en la que todo el poder se concentro en las manos de Franco, cuyo ideario se sintetizaba en la defensa del orden público, el nacionalismo y el nacional-catolicismo. Este régimen de partido único, FET y de las JONS, poseía, en su inicio rasgos fascistas. Además existían una serie de grupos que apoyaban al régimen, las familias, como los falangistas, los militares o el Opus Dei.
Los años de posguerra (1939-1954):
Pese a declararse neutral, el régimen de Franco no ocultó sus simpatías por las potencias del Eje, la Alemania de Hitler y la Italia de Mussolini, durante la segunda guerra mundial. Aunque España, muy debilitada tras la guerra civil, no entró finalmente en la guerra, Franco envió un cuerpo de voluntarios, la División Azul, a luchar junto a Hitler contra la Unión Soviética. Hasta principios de los años cincuenta, España sufrió una época de escasez y racionamiento de alimentos. Fueron los años de la autarquía, con una economía cerrada con escasos intercambios económicos con el exterior. La política autárquica fue impuesta por el aislamiento internacional en el que vivió el primer franquismo. En esas condiciones, el “estraperlo”, mercado negro ilegal de todo tipo de productos, se extendió por todas las ramas económicas. Al acabar el conflicto, España, considerada aliada de las potencias fascistas, fue aislada internacionalmente. En 1946 la Asamblea General de las Naciones Unidas votó contra el ingreso de España. A esta condena siguieron años de aislamiento económico y político. España no recibió ninguna ayuda del Plan Marshall, ni fue admitida en la OTAN. La guerra fría, vino a “salvar” al régimen de Franco. Para EEUU, España pasó de ser un régimen fascista a convertirse en un país sólidamente anticomunista, aliado en la lucha contra la URSS. En 1953 se firmaron los Acuerdos bilaterales con los Estados Unidos, que permitieron la instalación de bases militares norteamericanas en nuestro país. A cambio, España recibió una ayuda económica norteamericana.
El fin de la autarquía (1954-1959):
En 1955, España ingresó finalmente en la ONU. Aprovechando la nueva situación internacional, el régimen franquista inició un giro en su política económica. Se trataba de liberalizar la economía y abrirla al exterior en un momento en el que Europa occidental estaba viviendo un verdadero boom económico. Las medidas contenidas en el Plan de Estabilización de 1959 tuvieron un éxito inmediato. El período 1961-1973 fue testigo de un rápido crecimiento industrial y del sector servicios. La inversión exterior, atraída por los bajos salarios, y el turismo europeo, en busca de sol y bajos precios, facilitaron el despegue económico del país. El desarrollo industrial desencadenó una intensa emigración de mano de obra campesina hacia las ciudades y hacia Europa. La sociedad española cambió radicalmente. Las clases medias empezaron a constituir el grupo social predominante en una incipiente “sociedad de consumo”. Los electrodomésticos, la televisión y, sobre todo, el coche eran los símbolos del nuevo país. Los drásticos cambios económicos y sociales contrastaron con la ausencia de transformaciones políticas. En 1969 se designaba como sucesor de franco al rey Juan Carlos. La crisis del petróleo de 1973 y la enfermedad de franco abrirían el último periodo del régimen.
El tardo-franquismo (1973-1975):
El régimen siguió manteniendo los rasgos dictatoriales que le caracterizaron sin embargo Franco designo en 1973 como jefe de Gobierno al Almirante Carrero Blanco, la única persona que había formado parte de los gobiernos de Franco desde 1940. Las tensiones nacionalistas resurgieron y apareció ETA. La organización terrorista vasca asesinó a Carrero Blanco ese mismo año. Fue sustituido por el ministro de la Gobernación, Carlos Arias Navarra al cual le tocó vivir un periodo de aumento de los conflictos laborales. Las huelgas fueron pasando poco a poco de tener motivaciones laborales a la plantear reivindicaciones políticas. Los últimos años del dictador vieron un recrudecimiento de la tensión social. La creciente oposición de diferentes sociales fue contestada con más represión. En ese contexto, el azote del terrorismo fue respondido con dureza desde el régimen, juicios de Burgos. A nivel internacional la debilidad del régimen fue aprovechada por Marruecos que protagonizó la Marcha verde en el Sahara español en 1975. Finalmente franco fallecía el 20 de noviembre de 1975.