Me quedo con futbolistas como Zidane, Valerón, Laudrup, Iván de la Peña, Xabi Alonso, Xavi Hernández o Benzema, jugadores transgresores, entendedores, evolucionistas del juego, que encuentran un porqué para hacer un control orientado, un retener el balón, un darle salida en un toque, un pase en profundidad, un retrasar el balón hasta el portero, un moverse a un espacio "extraño" o un "leer" una ubicación correcta. El fútbol es de sus movimientos y sólo los grandes futbolistas entendedores sabrán moverse sobre el campo aunque los honores vayan para aquellos que hacen de los números su legado. Igualmente, valoro en gran medida entrenadores que tienen una filosofía definida y arrriesgada así como, sobre todo, que no hagan de los jugadores máquinas ejecutoras de sus órdenes sino entes autónomos que piensen continuamente por qué hacen cada cosa, se desenvuelvan sin ataduras y con naturalidad para sacar así su máximo rendimiento. Quien sabe moverse, sabe jugar.
Me quedo con futbolistas como Zidane, Valerón, Laudrup, Iván de la Peña, Xabi Alonso, Xavi Hernández o Benzema, jugadores transgresores, entendedores, evolucionistas del juego, que encuentran un porqué para hacer un control orientado, un retener el balón, un darle salida en un toque, un pase en profundidad, un retrasar el balón hasta el portero, un moverse a un espacio "extraño" o un "leer" una ubicación correcta. El fútbol es de sus movimientos y sólo los grandes futbolistas entendedores sabrán moverse sobre el campo aunque los honores vayan para aquellos que hacen de los números su legado. Igualmente, valoro en gran medida entrenadores que tienen una filosofía definida y arrriesgada así como, sobre todo, que no hagan de los jugadores máquinas ejecutoras de sus órdenes sino entes autónomos que piensen continuamente por qué hacen cada cosa, se desenvuelvan sin ataduras y con naturalidad para sacar así su máximo rendimiento. Quien sabe moverse, sabe jugar.