El fútbol es otra cosa

Publicado el 14 marzo 2010 por Falcaide @falcaide

Ayer Santiago Sostres escribía un artículo en el diario El Mundo con el título "El fútbol es otra cosa". Merece la pena leerlo. De todo lo que se diche me quedo con lo siguiente: "El mejor Madrid, como el mejor Barça, ha sido siempre el más barato, el más casero, el más elemental, el de los buenos chicos".
Lo reproduzco aquí:
"Lo que se puede comprar con dinero, págalo siempre con dinero. No intentes ser más listo que los demás, porque en realidad no nadie es más listo que los demás. Lo que no se puede pagar con dinero, no intentes nunca comprarlo, porque te equivocarás. Ten siempre clara esta diferencia y te ahorrarás decepciones como la que sufrió el Real Madrid siendo eliminado, una vez más, en la ronda de octavos de Champions. En esta ocasión, con la humillación añadida de la modestia del rival y habiéndose gastado el club blanco, este año, 250 millones de euros en fichajes. El fútbol es otra cosa. Es dinero, por supuesto, el dinero que a veces hace falta para jugadores que marquen diferencias. Pero cuando el dinero es el único argumento, el galeón naufraga. Eso lo sabemos mejor que nadie los barcelonistas, después de vergonzosas décadas de funcionar a golpe de talonario y sin ningún resultado. Maradona, Schuster, Ronaldo, Rivaldo: los mejores cracks del mundo estaban siempre con nosotros, comprados como bolsos caros, pero nunca ganábamos porque nunca jugábamos nada. Hasta que llegó Cruyff -el Cruyff entrenador- e ilumión de talento y esperanza el fútbol nuestro de cada día. Guardiola le llama Dios. Todos los futbolistas de todas las categorías juegan al fútbol de Cruyff y éste es el argumento -futbolístico y espiritual- que da sentido y consistencia al que hoy se considera el equipo que juega el fútbol más hermoso del mundo.
Ni Messi, ni Xavi, ni Iniesta, ni Pedro, ni Valdés, ni Piqué -entre otros- le han costado un sólo euro al presidente Laporta. Son el resultado de un trabajo serio y concienzudo, de una idea, de una fidelidad absoluta a unos valores futbolísticos muy determinados. Y son el resultado, también, de mucha paciencia e inversiones -mucho más futbolísticas que económicas- a largo plazo. A muy largo plazo, por decirlo de un modo más exacto.
El espíritu de Juanito al que el Real Madrid suele apelar cuando está en apuros no cristalizó gracias a ninguna exhibición económico-genital y fue el fruto de una idea, de una clase personal y colectiva, ed un espíritu -como su nombre indica- que condujo al club a sus mejores triunfos, a su épica y a su gloria. Aquel Madrid cabalgaba, aquel Madrid que abrumaba, aquel Madrid imparable. La Quinta del Buitre fue igualmente un prodigio inventado y realizado mayormente, por chicos de la casa. Butragueño, uno de los mejores delanteros de todos los tiempo, fue siempre aplaudido en el Camp Nou; pos su talento y elegancia, por su señorío. Una de las grandes frustraciones de Cruyff fue que nunca pudo ficharlo. Y no pudo porque en el fútbol, como el amor, el dinero importa. Pero hay otras cosas que importan mucho más.
El fútbol está vivo, el fútbol tiene alma. Además, por supuesto, puede ser y es un negocio muy rentable. Pero cuando se plantea sólo como un negocio suele acabar en exhibición de nuevo rico y en nada más. Cuando los argumentos no son futbolísticos, los resultados no son futbolísticos. El mejor Madrid, como el mejor Barça, ha sido siempre el más barato, el más casero, el más elemental, el de los buenos chicos. Cuando en el Madrid se vuelva a hablar de fútbol volverá a florecer el fútbol y caerán los títulos como fruta madura. Dicho de otro modo, los barcelonistas estamos encantados con la presidencia de don Florentino Pérez, y deseamos de todo corazón que muchos años dure. Y es que realmente, no se le puede pedir más: el club sumido en el despilfarro compulsivo y el equipo apeado de Europa en octavos. Tot el camp és un clam.
Es lo mismo que los madridistas, que tienen un total interés en que la trayectoria triunfal del Barça se interrumpa cuanto antes y por eso son totalmente partidarios de que Sandro Rosell -que responde al prototipo de caprichoso y nuevo rico de Florentino- gane las elecciones y el Barça de los valores futbolísticos se desvanezca para dar paso a la grotesca exhibición de los insólitos fichajes de brasileños con sus correspondiente festival de follón y putas".