Iba a escribir de Esperanza Aguirre, una vez más, ya que la ‘lideresa’ suelta perlas a diestro y siniestro. Iba a escribir sobre ella porque se lo merece, porque es la estrella. Porque si por ella fuera los ciudadanos pagarían hasta el suelo por el que van pisando. Pagarían hasta por el aire que respiran, que no sería público, sino privado. Ella, nuestra Sarah Palin, el azote de lo público. Oda a la apología del sector privado.
Pero no. Me han abierto los ojos y no voy a hablar de ella. Porque esta mañana se ha cruzado en mi camino una curiosa estadística del Banco Mundial. España ocupa la posición 147 de 183 países en facilidad para emprender un negocio. Para que os hagáis una idea en la 146 está el Congo y en la 148 Belize. Vamos, que países como Ruanda, Armenia, Chipre, Arzebayán, Letonia, etc y etc y un larguísimo etcétera están por delante de nuestro país. Eso sí, campeones de muchas cosas en deporte. Venga todos juntos: “yo soy español, español, español”.
Futuro de España
Así que esta es la forma de potenciar a los emprendedores que tiene nuestros gobernantes, ya sean municipales, autonómicos o nacionales. Da igual, todos huelen a lo mismo. A despilfarro, a muchos asesores que no asesoran y a privilegios. Menos mal que siempre nos quedarán cientos de kilómetros de AVE que no usa ni el ‘tato’. This is Spain. This is different.
Así que después de ver estos datos comprendo la postura de Esperanza Aguirre. Mientras menos educación tenga el pueblo llano más fácil les será a ellos engañarnos manipularnos y mentirnos. Más cómodo le será a los grandes empresarios mantener sus imperios mientras los jóvenes emprendedores tienen que ‘exiliarse’ o quedarse con las ganas de llevar a cabo sus sueños. Ahora lo entiendo todo. Quieren un pueblo (más) estúpido.