La tercera temporada de Fringe se despidió el pasado viernes con el episodio número veintidós. Con la renovación asegurada para una cuarta temporada y ya acomodada en el horario maldito de la FOX, la noche de los viernes; Fringe ha finalizado una temporada que hubiese podido ser redonda pero que ha patinado un poco a partir del décimo capítulo.
Durante la primera parte de la temporada, entre el primer y el noveno capítulo, asistimos a un baile entre los dos universos. Se nos iban alternando las historias y podíamos ver a Bolivia en nuestro universo haciéndose pasar por Olivia; y en el otro lado a Olivia creyéndose Bolivia y descubriendo lentamente que ese no es su mundo. Fue un juego de espejos de lo más apasionante, donde además Anna Torv pudo demostrar lo buena actriz que ya sabíamos que era. Es increíble como el trabajo físico de la actriz, a través de sonrisas, miradas, gestos, actitudes.. diferenciaba a nuestra Olivia de la otra.
De esta parte de la temporada destaco dos capítulos: Do Shapeshifters Dream of Electric Sheep? y Amber 31422. El primero sucedía en nuestro universo y se centraba en los cambiaformas, mostrando el lado más humano de estos seres. El segundo era un caso en el otro lado, muy emotivo, en el que un hombre intenta liberar a su hermano del ámbar.
El décimo capítulo supuso el regreso de Olivia a su lugar, a Peter y a una realidad que había sido "usada" por su doble. Aunque intenta asimilar lo ocurrido y racionalizarlo, no puede, los acontecimientos la sobrepasan, levantando un muro entre ella y Peter. Durante varios capítulos se jugó con la quiebra de la relación. Finalmente, parece superar el trauma y le da una oportunidad a Peter. Olivia, la hermética y reservada Olivia, se abre y muestra sus emociones. Recuerdo que cuando la serie comenzó muchos decían que el personaje era plano y poco interesante y que Anna Torv era una mala actriz. Aquí rompo una lanza en favor de la australiana y su interpretación. Olivia es una mujer que ha sufrido y por ello se ha encerrado dentro de si misma, se ha hecho fuerte, ha aprendido a controlarse para poder controlar lo que sucede a su alrededor. Tras su experiencia en el otro lado y su relación con el joven Bishop, vemos a una Olivia que empieza a mostrarse, a dejar que alguien entre en su mundo. Sin duda esta ha sido la temporada de la agente Dunham, a todos los niveles.
Antes de hablaros del final: Walter, ese grandísimo actor que es John Noble, que durante toda la temporada ha seguido al mismo nivel, en lo más alto. Entre Walter y Walternativo, entre la genialidad y la locura. Entre lo entrañable y lo odioso. Si habéis visto el último capítulo, donde come regaliz, ya sólo por esa escena merece todos los premios del mundo. Nunca un personaje me había hecho reír y llorar tanto en un mismo capítulo.
Astrid. La fiel, comprensiva, eficaz y, casi siempre, ignorada Astrid. Me ha gustado mucho verla en el mundo alternativo, donde es tan eficaz como fría. La prefiero en este lado. Sigue teniendo muchísima química con Walter, y tiene una de las miradas más tiernas de la televisión.
Bueno el final. Después de hablarnos durante tanto tiempo de la máquina, las primeras personas, los manuscritos, de descubrir quien era Sam Weiss (una pequeña decepción) y de pronosticar el fin de los universos hemos visto el futuro. Y el futuro es un lugar oscuro, gris (magnífico el detalle de los títulos de crédito), donde Peter destruyó el otro universo, se casó con Olivia, la división Fringe intenta parchear los desastres y Walter está en prisión. Un futuro devastador que sólo Peter, gracias a la prodigiosa mente de su padre, puede cambiar.
A pesar de ese final, la tercera temporada en conjunto, me ha gustado. Tengo ganas de ver la cuarta temporada, eso significa que la decepción por el final no ha sido tan grande. Ya veremos lo que nos depara la serie. Supongo que será su última temporada, no estaría nada mal que lo fuese, todos sabemos que sucede cuando estiras una historia y Fringe no merece eso.