El futuro wearable, independiente del móvil y con funciones específicas

Por Smartherapy @InfoSmartherapy

A finales de 2014 Intel celebró en San Francisco la "Make it wearable", evento donde empresas de todo el mundo competían por el mejor wearable, dotado con un premio de medio millón de dólares.

El ganador del premio fue Nixie, la primera cámara que puede volar. Este wearable descansa cómodamente en nuestra muñeca como si fuera un reloj, y cuando se lo indicamos se despliega y echa a volar. Es capaz de tomar nuestra mejor fotografía desde una nueva perspectiva, capturando el momento sin interrupciones y regresando después a nuestra muñeca.

En segundo lugar quedó Open Bionics, una mano robótica de bajo costo destinada a replicar funciones avanzadas por menos de 1000 dólares

El tercer lugar fue para ProGlove, una herramienta profesional que permite que el usuario trabaje más rápido y con menos esfuerzo, abriendo un nuevo nivel de control e inteligencia comercial.

El padrino del evento, Intel, se cubría a sí mismo en wearables. El año pasado compraba Basis, fabricante de reloj multisensor que monitorea el movimiento, ritmo cardíaco y temperatura de la piel para el seguimiento de la actividad diaria y el sueño. Además, puso en marcha una línea de joyería wearable con más funciones que las propiamente estéticas, y se rumorea que la próxima generación de Google Glass tendrá Intel inside.

La razón de este empuje no es otra que la creencia por parte de Intel de que los wearables llegarán a tener más presencia que los ordenadores e incluso los smartphones.

Tradicionalmente, si es que podemos aplicar este palabra a un término tan nuevo, los wearables han ido haciendo funciones que nuestros smartphones ya venían haciendo. Pero esto está cambiando y los wearables están a punto de estallar como una gran variedad de dispositivos de una sola función, que se adaptarán a situaciones concretas como Hexoskin que supervisa los entrenamientos o Vital Connect, un parche que hace un seguimiento de los signos vitales y permite a los médicos acceder a los datos.

Este nuevo concepto de wearable lo usaremos cuando lo necesitemos y nos lo quitaremos el resto del tiempo. A pesar del éxito de dispositivos como los fitbit, jawbone o misfit, o incluso del bombo sin límites alrededor del reloj de Apple, lo que estamos a punto de ver será más como unos específicos calcetines de compresión que como una navaja suiza.

Una de las ideas vistas en el "Make it wearable" con mayor aplicación sería el ProGlove, un dispositivo destinado a trabajadores en una fábrica que, además del seguimiento de sus movimientos, podría ayudar al usuario en la realización de sus tareas manuales.

Esta idea podría llevarse a unos guantes que nos guíen paso a paso a cambiar una rueda del coche o a aprender a tocar el piano, por ejemplo. Respecto a la Salud se nos ocurren cientos de aplicaciones para cirujanos, fisioterapeutas, traumatólogos...

Y es que el propio nombre nos ha llevado al error. Un wearable no ha de ser sólamente un nuevo envoltorio de algo que ya tenemos. Este nuevo concepto que viene, de tareas específicas para las que nos pondremos el wearable, es mucho más emocionante. Estaremos encantados de ver cómo evoluciona y aquí estaremos para contároslo

Vía | wired