¿el futuro ya está aquí?: los caza-orines

Por Francisco Enrique Perez Ruiz-Poveda @PATXIPE

Hoy es uno de esos artículos en los que sabes que te pueden atizar por los cuatro costados, pero te sientes implicado, y te niegas a callarte, porque entre otras cosas, esa vena en tu cuello, al más estilo “Patiño”, más que erecta, ya está apunto de explotar.

Leo en varios periódicos digitales que el Ayuntamiento de Mataró ha aprobado una ordenanza municipal que incluye multas de 750 euros para los dueños de los perros que no diluyan con agua los orines. El objetivo de la norma - continúa el comunicado del ayuntamiento en cuestión - es asegurar la salubridad de la vía y de los espacios públicos y evitar la degradación del mobiliario urbano. También persigue fomentar la convivencia, el civismo y el bienestar colectivo, facilitando que todas las personas, ya sean poseedoras o no de animales, puedan desarrollar en libertad sus actividades con pleno respeto a la dignidad los derechos de todos.


Lo primero que se ha imaginado este vecino, por cierto poseedor de "Afgano", un bichón frisé, es que, con el tiempo, porque todo se contagia, va a tener que salir a la calle, como "caza-orines", o versión perruna de "los cazafantasmas".
Quizás, comenzó todo con los recortes y que en teoría las autoridades competentes "no llegaban a todo, y que muchos nos vemos obligados a ayudar, por ejemplo,  a los que no tienen dinero para terminar el mes, o incluso a O.N.G.s". Ahora, si por ejemplo, en Mataró, cada uno limpia, los orines, o presuntos orines de su chucho (lo de las cacas por supuesto que es más que obligatorio, y este vecino debido a la práctica se puede doblar sin tener que pasar por un gimnasio para mantenerse en forma) al municipio le puede salir la factura  de limpieza de las calles mucho más liviana. ¿Se trata de eso, de un afán cuando menos recolector?
A este vecino se le ocurre, que ya puestos, todo aquel que salga por las noches para tomar un trago con los amiguet@s, debería de llevar, como mínimo, un dodotis puesto, y otro en el bolsillo de la cazadora/chaqueta para evitar situaciones comprometidas. Y, por cierto, se debería de pasar también una circular a todos los restauradores-bareros-y-franquiciados-varios para prohibir esa práctica de en casos de invasión de clientes, por algún tipo de fiesta, cerrar los váteres con el cartelito de "no funciona".

Ahora viene a mi mente esa  imagen de todo un Arnold Schwarzenegger, en “Poli de guardería”, rodeado de niños y ordenandoles a gritos: “Aquí no se hace pis”.
Como diría La Nuri, mi sufrida, seguro que a uno de los concejales o palmeros varios le han salpicado en su cortijo, y anda medio encabronado.
Con lo que somos los españoles, cualquier día de estos, alguno que tenga un poco de mando en plaza, y sienta una ligera brisa en su cogote, nos va a prohibir exhalar. Y si no, al tiempo. Porque lo importante de tener poder, es practicarlo.

*FOTO: DE LA RED