Durante una reunión en Corea del Sur, la creciente influencia de las grandes naciones emergentes fue reconocida en un sorprendente pacto para darles mayor participación en el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El comunicado de cierre no contuvo grandes iniciativas políticas después de que los esfuerzos de Estados Unidos para limitar los actuales desequilibrios de cuentas corrientes a un 4 por ciento del Producto Interno Bruto, una medida que apuntaba directamente al superávit de China, no lograran apoyo suficiente.
De hecho, el propio Estados Unidos fue criticado por Alemania y China por su postura de política monetaria ultra flexible, adoptada para insuflar aliento en la alicaída economía estadounidense.
El ministro de Finanzas alemán, Rainer Bruederle, dijo que él había dejado clara su opinión de que era una vía equivocada. "Un excesivo y permanente incremento en el dinero (inyección de fondos) es, bajo mi punto de vista, una manipulación indirecta del tipo (de cambio)", aseveró.
Preparandose para China
La meta de los dos días de negociaciones, que precedieron la cumbre del G-20 en Seúl el 11 y 12 de noviembre, fue aliviar las restricciones monetarias que algunos economistas temen podrían convertirse en guerras comerciales. Los países en desarrollo temen que Washington, al inundar al sistema bancario estadounidense con efectivo, esté elevando los precios de sus activos y tipos de cambio, minando así la competitividad de las industrias exportadoras, de las que dependen para su expansión.
China, entre otros, teme que la postura de política estadounidense degrade al dólar, el eje de la economía global. En una velada referencia a Estados Unidos, el comunicado del G-20 decía que los países avanzados, incluyendo aquellos con monedas de reserva, estarían vigilantes contra la volatilidad excesiva y los movimientos desordenados en los tipos de cambio.
Washington, por su parte, se siente frustrado por la negativa de China en particular para dejar que su moneda suba a un nivel que refleje su creciente poder económico y ayude a reducir el gran superávit comercial que tiene con Estados Unidos.
"Para que el mundo pueda crecer a un ritmo fuerte y sólido en el futuro (...) necesitamos trabajar para lograr un mayor equilibrio en el camino de la expansión global mientras nos recuperamos de la crisis", dijo el secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner.
Los funcionarios estadounidenses se mostraron complacidos de que el comunicado comprometiese a los miembros del G-20 a "regular las devaluaciones competitivas de sus divisas", y a perseguir un rango completo de políticas para reducir los desequilibrios externos excesivos.
Geithner seguirá presionando el domingo por un yuan más alto cuando se reúna en Qingdao, China, con el viceprimer ministro Wang Qishan, responsable en gran medida de la política económica. "El contenido del comunicado del G-20 es genérico y está en general en línea con las expectativas, pero eso no debería restarle importancia al hecho de que se logró un progreso importante en darle a los países de mercado emergente una voz mayor en el FMI", dijo Claudio Piron, estratega cambiario del Bank of America Merrill Lynch en Singapur.
Reforma FMI
Pese a las críticas de Alemania y China, cuyo ministro de Finanzas demandó políticas responsables de parte de los emisores de las principales monedas de reserva - refiriéndose a Estados Unidos -, el país anfitrión se mostró optimista sobre el resultado de la reunión.
"Esto terminará con la controversia por el tipo de cambio", afirmó el ministro de Finanzas surcoreano, Yoon Jeung-hyun. Corea del Sur también señaló el acuerdo para traspasar más de un 6 por ciento de las cuotas del FMI - suscripciones de los miembros que ayudan a determinar el poder de voto - para los países emergentes cuya influencia en el Fondo no concordaba con su ascenso económico.
Europa cederá dos escaños en la Junta Ejecutiva del Fondo, de 24 asientos. El acuerdo de reforma del FMI fue descrito como un momento "histórico" por el director gerente del Fondo, Dominique Strauss-Kahn. "Esta es la mayor reforma jamás realizada en la directiva de la institución", afirmó.
El acuerdo convertirá a China en el tercer miembro más poderoso del FMI, superando a potencias tradicionales como Alemania, Francia e Italia. India también adquirirá más poder en el Fondo y Brasil pasará al décimo puesto.
"Nuestra demanda era que la cuota de participación debería reflejar la realidad y las fortalezas económicas actuales, (porque sino) habría erosionado la credibilidad de la institución. Eso ahora se está corrigiendo", dijo el ministro de Finanzas indio, Pranab Mukherjee.
(fuente:reuters)