Las Crónicas de Kronos #1 | 382pp
Petra tiene doce años, un padre inventor y una araña parlante y lectora con problemas de insomnio. Pese a todo, su vida se desarrolla sin grandes contratiempos... hasta que el príncipe Rodolfo hace llamar a su padre para encargarle algo: la construcción de un reloj astronómico sin igual, que, una vez terminado, enseguida cobra fama por su belleza. No obstante, Petra pronto se entera de lo que oculta el reloj: un mecanismo capaz de manipular el clima mediante el tiempo. El padre de la niña trata de tranquilizarla, asegurándole que el príncipe no planea usar mal el reloj. Pero unos días después, en el pueblecito de Petra llueve arena. Y es entonces cuando ella decide viajar con Astrophil, su araña, hasta Praga, infiltrarse en el Castillo de la Salamandra, donde reside el príncipe, y acabar con la magia del reloj.
Bajo un título elegido a votación popular y una portada de la gran ilustradora Cris de Cos-Estrada, se escondía una historia mágica y tierna que hizo a su autora, la mística Marie Rutkoski, debutar en todo el mundo, llegando incluso a estas costas ibéricas. La editorial Nocturna ya lo decía cuando decidió traérnosla, metiéndola en su colección “Literatura Mágica” porque de eso, hay un gran puñado entre estas solapas.
Nos encontramos en un pasado alternativo, en una Pagra de finales del siglo XVI alternativa, renacentista y pomposa pero también, muy mágica. Petra Kronos es la hija de un artesano que tiene el poder de comunicarse con el metal, y por esa misma razón, en su casa convive con una suerte de mascotas metálicas que deben alimentarse de aceite para poder seguir moviéndose; entre ellas, se destaca Astrophil, su araña parlanchina e intelectual, que de más de un aprieto la ha sacado. Toda su vida iba perfectamente hasta que su padre aceptó un encargo desde la casa real de Bohemia: construir un reloj tan hermoso que dejara boquiabierto a quien lo mirase. Sin embargo, lo que realmente quería el príncipe Rodolfo era construir un arma secreta para poder usarla contra sus hermanos, príncipes de otras regiones, y cuando Mikail Kronos acabó aquel reloj, el príncipe le arrancó los ojos, dejándolo ciego para siempre. Petra no puede permitir que algo así ocurra, aún a pesar de sus doce años, y se enrambla en una aventura que podría acabar terriblemente para ella: viajar a Praga, infiltrarse en el castillo como una simple empleada y recuperar los ojos de su padre.
Cuando acabé de leer “El gabinete de curiosidades” lo hice con una sonrisa de oreja a oreja, totalmente satisfecho por la historia en la que me acababa de sumergir. Aún estoy recordando detalles pasados de esta lectura tan fructífera y he de confirmar que ha sido un buen libro. Tal vez no perfecto, pero sí que muy memorable. La autora se ha lucido en un debut diferente, arriesgado y que apuesta por la cultura, la inteligencia del lector y la magia más tradicional. Bebe los vientos de otros autores mágicos como Dianna Wynne Jones y leyendas del folclore ruso y checoslovaco, por lo que su pluma se convierte, poco a poco, en una varita capaz de lanzar un hechizo paralizante que te obliga a seguir leyendo la historia que ha creado para nosotros. Destaco sobre todo a unos personajes mimados y delineados, tanto protagonistas (como la propia Petra Kronos o la araña Astrophil) como a los secundarios que iremos conociendo a lo largo de la historia, haciéndose inolvidables las charlas cuasi alquimistas con la condesa Iris, la ácida (pues su ph es muy ácido y desintegra todo a su paso, a menos que esté construido de Adamantina) o el simpático Sir Humfrey, en quien me vi totalmente identificado (es un bibliotecario de la casa real). Sin embargo, el que se lleva la palma de los secundarios, ese es John Dee, uno de los múltiples personajes históricos que la autora ha adoptado para su trilogía de aventuras. De esta manera, la realidad y la ficción están separadas por una suave y débil línea que, mientras leemos, se va estrechando cada vez más, mezclándose alegremente con las pinceladas de magia y alquimia que la autora ha dejado caer de cuando en cuando. Mi parte favorita es cuando descubrimos que estamos leyendo un libro que nos entretiene pero que también, aunque cueste creerlo, nos enseña maravillosas historias que nos quedan eternamente en la mente; éstas, por supuesto, nacen de boca de Neel, el ladronzuelo que nos toparemos por las calles de Praga, y que conoce mil leyendas de los Romani (el clan al que pertenece), pero también habrán menciones a criaturas del folclore como lo son las Rusalkas, los Goblins, o el malvado Koschéi. A veces no sabía distinguir la realidad de la ficción y es por eso que agradezco a Nocturna el haber dejado intacta la nota final en la que la propia Marie Rutkoski pone en orden nuestros pensamientos y nos ofrece aún más información, para saciar nuestra curiosidad. Las ilustraciones adornan bellamente el libro y también ayudarán a las mentes más jóvenes a animarse a la lectura, pero ante todo, quiero destacar la labor de traducción, la cual ha sido impecable y nunca un impedimento para deslizarme en la original historia que Marie Rutkoski ha creado para nosotros.
Sin embargo, no puedo decir que la lectura de “El gabinete de curiosidades” haya sido perfecta. Lamentablemente, la obra cuenta con un punto flaco muy importante y se encuentra, precisamente, en sus inicios: las primeras hojas son desordenadas y sin chicha alguna; ellas fueron las culpables de que cogiera el libro en una primera instancia y lo dejara abandonado a los segundos. Es una gran pena, pues muchos lectores no superarán esa barrera, compuesta apenas de veinte hojas, y dejarán pasar una de las trilogías más mágicas e inteligentes que han salido este año en España.
“El gabinete de curiosidades” es una obra excelentemente escrita, con un ritmo frenético y ligero, que se te escapa de los dedos sin darte casi cuenta. Con un elenco magnífico, una trama mágica y bien hilada, cimentada en bases históricas documentadas y trazadas con una creatividad pasmosa, alza a este primer tomo como una novela juvenil (no os dejéis engañar, no es tan infantil como nos hace creer en un primer momento) digna de un sitio privilegiado en nuestra estantería. Ojalá todas las novelas fueran tan interesantes y divertidas como ésta, así tal vez no viviríamos en un mundo tan gris.
Perfecto para los lectores que sufrieron con la pérdida de la mágica Diana Wynne Jones.