Dentro de las vanguardias históricas, el Expresionismo se desarrolló plenamente en Alemania en la primera década del siglo XX, plasmándose en varios campos, surgiendo primero en la pintura en contraposición con el Impresionismo, basándose en un arte más subjetivo ("expresión"), sin contar tanto con la realidad ("impresión"). Su nacimiento en el cine se produjo en 1920 con El gabinete del doctor Caligari, una película muda del director alemán Robert Wiene, que contó con unos sugerentes e inolvidables decorados realizados por el director de arte Hermann Warm y los pintores Walter Reimann y Walter Röhrig, que volvieron a trabajar juntos en Las tres luces (1921), de Fritz Lang. Este mismo gran director iba a ser el responsable de llevar a la pantalla el guión de esta película pero aún no había finalizado el rodaje de la segunda parte de su película de aventuras Las arañas (1919-1920). Aún así opinó sobre el proyecto y sugirió incluir un prólogo y un epílogo a la historia como justificación del relato narrado por el protagonista, como si fuera explicado por un demente. Este personaje principal llamado Francis cuenta a otra persona que tiempo atrás llegó a Holstenwall (en realidad es el nombre de un hotel de Hamburgo) un doctor llamado Caligari para mostrar su espectáculo en la feria que se celebraba en la ciudad durante unos días. El misterio del doctor radicaba en la presencia de un sonámbulo llamado Cesare, al que tenía metido en una especie de ataúd y al que despertaba para que adivinara el pasado y el futuro de cualquier individuo. Sorprendentemente, a raíz de su llegada, en la ciudad empezaron a producirse sospechosos asesinatos.
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