No es nada nuevo que los famosillos sean utilizados en campañas publicitarias como embajadores de marca. Y es que, nada mejor que los valores de las celebrities para representar la imagen de las grandes empresas. Pero, entre todos esos famosetes, hay un sector que lo peta: los deportistas.
Pues hoy os tengo que decir que se viene viendo venir una tendencia de gafes: Todo deportista que se mete en alguna campaña publicitaria, deportista que acaba gafado. ¿Que no os lo creéis? Tranqui, que te traigo algunos ejemplos.
El primero y el primero que vi, el de Cesc. Un jugador titularísimo en el Barça, empezó a trabajar para Puma con una campaña en la que se pagaba una ronda con cada gol que metía desde ese momento hasta final de temporada. El centrocampista catalán no solo dejó de marcar goles, sino que se fue directo al banquillo. Incluso se tuvo que ir al Chelsea para disfrutar de más minutos.
Siguiendo con el fútbol, descubrimos otro caso clarísimo: Casillas. El mejor portero del mundo, al menos hasta el momento, fichó por H&S. En qué mal momento, porque en cancerbero comenzó a liarla bajo los palos, se lesionó, se fue directo al banquillo y, aunque con la llegada de Ancelotti volvió a la titularidad, tuvo que dejar el club de toda su vida para dejar de ser el centro de todas las críticas. Además, parece que desde que usa H&S le queda menos pelo.
Cambiando de deporte, encontramos otro caso de gafe con Rafa Nadal. El tío se hinchó a hacer anuncios de todo tipo, hasta que se topó con KIA. Al tiempo de fichar por la marca automovilística, el tenista se comenzó a lesionar. Incluso tuvo que parar su actividad durante meses para recuperarse.
No quiero quedar como el puto amo descubriendo más gafes, así que voy a por el último: Fernando Alonso. El campeón del mundo de F1 era uno de los mejores deportistas españoles de todos los tiempos. Hasta que empezó a abusar de las apariciones publicitarias. No sabría decir qué marca fue, ni cuando, pero lo que tengo claro es que fue el mundo publicitario quien le hizo fichar por Ferrari y no comerse ni un rosco. O fichar por Honda-McLaren y comerse un mojón más grande aún.
Coincidencia o no, este tan sólo es un post de coña. Pero ahí dejo el dato. Ahora, ¡fijaos vosotros y compartid más deportistas gafados!