[6/10] En la segunda entrega de Shrek, un felino latino se convertía en el gran descubrimiento de DreamWorks. Ahora, en “El Gato con Botas 3D”, ese pequeño personaje ha pasado de secundario a protagonista de una saga que reportará pingues beneficios a la factoría, porque las aventuras de ese espadachín justiciero pueden dar mucho de sí. Para empezar, la película de Chris Miller conserva la locura y gracia del gato de antaño, aquí a la búsqueda de unas alubias mágicas primero y de una Oca de los huevos de oro después. Él se beneficia de la chispa de la voz de Antonio Banderas, y se presenta como alguien capaz de marcarse un baile flamenco en territorio mexicano, de blandir la espada entre las nubes del séptimo cielo, o de ablandarse ante la mirada de una gata glamourosa llamada Kitty. Y entre la pareja gatuna, un curioso y enigmático huevo llamado Humpty Dumpty, de pasado oscuro e intenciones retorcidas pero con yema de color de oro. De fondo, los mismos sentimientos de amistad, lealtad y perdón que aparecían entre el ogro y el asno, ahora encarnados en este nuevo héroe que debe superar la avaricia, la traición y la venganza.
Chris Miller dirige una entretenida y divertida película de animación para toda la familia, con mucho espíritu de aventura y sentido cómico, y que funciona igualmente como cuento mágico y moral (de hecho, la historia se inspira en parte en una fábula de Esopo). La acción está servida con un ritmo trepidante y con una buena animación, como se aprecia en la escena inicial de la taberna y en cada una de las persecuciones de este trío de ladronzuelos o en la secuencia del crecimiento de la planta de alubias mágicas. La comicidad y simpatía llegan con los ingeniosos gags -alguno con un espíritu gamberro nada infantil, marca de la casa- y sobre todo con unos rostros de Gato con Botas y Humpty Dumpty capaces de conmover y convencer al tipo más duro que custodia la cárcel o al que se sienta en la butaca, aparte de esa peculiar pareja de forajidos que son Jack y Jill y toda su familia de jabalís (lástima que el director los abandone a mitad de metraje).
Las referencias cinematográficas son abundantes -las mejores, las hechas al spaghetti western- , y la simbiosis de lo flamenco y lo mariachi está bien conseguida, especialmente en el duelo de baile en que Gato y Kitty se conocen, momento artístico que convierte los sonidos en ritmos musicales que llegan al espectador. El guión encuentra dinamismo en el espíritu aventurero de la historia y en la permanente huida de sus protagonistas, pero no se resiente con el flash back en que Gato con Botas cuenta su infancia y amistad con el Huevo, para más tarde repetirse con demasiada acrobacia y vuelta de tuerca, y terminar con un final aleccionador -porque el público al que se dirige la cinta así lo precisa- donde la historia pierde fuerza y gana previsibilidad. Entre medias, un par de momentos brillantes con sucesiones de viñetas bien articuladas y que hablan de unos riesgos asumidos con éxito por Miller.
En la línea más clásica y tradicional del cine que trata de fabricar héroes de leyenda, en “El Gato con Botas 3D” sólo falta la figura del narrador que introduzca y ponga punto final a la creciente fama de ese gato de buen corazón, que salvó a todo un pueblo de su destrucción para desaparecer en el anonimato y vagar por el desierto. Es un héroe legendario cuya mirada tierna cautivó a una mujer que le acogió siendo huérfano, que posee una valentía y honor que enamoraron a una gata ladrona y mercenaria que nunca se dejaba atrapar, y también con una lealtad y magnanimidad que terminaron por redimir al que se había ofuscado en el rencor y la venganza. Por eso, al final parece que los verdaderos huevos de oro no eran los que ponía la Oca sino los que este Gato con Botas dejó a su paso por el poblado y por las salas de cine.
Calificación: 6/10
En las imágenes: Fotogramas de “El Gato con Botas”, película distribuida en España por Paramount Pictures Spain © 2011 DreamWorks Animation. Todos los derechos reservados.