El 22 de diciembre de 1957 se emitió en Estados Unidos, durante la tercera temporada de la serie “Alfred Hitchcock presenta”, un episodio de 25 minutos de duración titulado “Miss Paisley’s Cat” (El gato de la Srta. Paisley), dirigido por Jus Addis y protagonizado por la excelente Dorothy Stickney.
La historia es como sigue: La Srta. Paisley adopta un gato callejero y le llama Stanley. El gato, haciendo honor a su renombrada curiosidad, visita el apartamento del irascible Sr. Rinditch, y este advierte a la Srta. Paisley que más le vale apartar a Stanley de sus aposentos. Stanley no hace caso y el malvado Rinditch le mata.
La tímida Srta. Paisley, al enterarse, tiene una reacción sorprendente: agarra un cuchillo de cocina con la intención de asesinar a Rinditch, pero algo la detiene, se sienta y se queda dormida. A la mañana siguiente se despierta llevando otra ropa y no encuentra el cuchillo. Rinditch ha sido asesinado a cuchilladas y la policía acusa al portero. Convencida de que ella es la culpable, va a comisaría a entregarse, pero los agentes no la creen y la mandan a casa.
El tiempo pasa; el portero es juzgado, declarado culpable y ejecutado. Entonces, la Srta. Paisley encuentra el collar de Stanley en su casa y por fin recuerda el crimen. Efectivamente, ella mató a Rinditch. A continuación tiró su ropa manchada de sangre y el cuchillo al río. Ahora hace lo propio con el collar de Stanley para que no quede ninguna prueba del crimen.
Por si alguien está interesado en leerse los diálogos de la película, puede visitar esta página. Y si quiere ver el capítulo este es el enlace.
“Oh, buenas noches.
El protagonista del cuento de esta noche es un gato callejero. Es recomendable alimentarle antes del rodaje para impedir que se coma a los actores. Hoy le toca una deliciosa hamburguesa de ratón. Obviamente, solo usamos ratones que están la mar de contentos; hace dos semanas que les damos tranquilizantes. En cuanto sirva la comida a nuestra estrella, podrán descubrir la historia”.
Una historia escalofriante donde las haya, digna de Hitchcock. Pero debemos reconocer que la aparición de Stanley en la vida de la Srta. Paisley hace que esa mujer apocada, tímida y solitaria, cambie radicalmente. A menudo, gracias a la compañía de un gato o de un perro, las personas descubren que tienen más fuerza de lo que creían. Por suerte, casi nadie llega al extremo de la Srta. Paisley.