El gato Mourka, el coreógrafo y la bailarina

Por Nazarinasociacion

Foto de Martha Swope, publicada en la revista Life

Mourka era el gato del coreógrafo George Balanchine y de su esposa, la bailarina Tanaquil Le Clerc.

Mr. B y Mourka

George Balanchine, nacido Giorgi Melitonovitch Balanchivadze, es considerado uno de los más grandes y prolíficos coreógrafos del siglo pasado, con más de 400 obras en su haber. Nació en San Petersburgo el 22 de enero de 1904, hijo de Meliton Balanchivadze, un compositor y cantante de ópera, y de Maria Nikolayevna Vasilyeva, una enamorada del ballet. Estudió ballet en la Escuela Imperial de Danza y posteriormente en el Conservatorio de Petrogrado, donde se licenció en 1923. Perteneció al cuerpo de ballet del Conservatorio hasta 1924 cuando, durante un viaje a Alemania con los Bailarines Soviéticos Estatales, huyó a París con tres bailarinas, una de ellas su esposa de entonces, para unirse al ballet de Serguéi Diáguilev. Al sufrir una lesión de rodilla que le impedía seguir bailando, Diáguilev le propuso trabajar como coreógrafo, lo que haría hasta la muerte de este en 1929, año en que los Ballets Russes quebraron. Colaboró con todos los grandes músicos de la época, Prokófiev, Stravinski, Debussy, Satie, Ravel, y artistas como Picasso, Rouault y Matisse.

George Balanchine y Mourka

Fundó la compañía Les Ballets, para la que coreografió la última obra conjunta de Bertold Brecht y Kurt Weill, “Los siete pecados de la pequeña burguesía”.

En 1933, el joven mecenas de las artes Lincoln Kirstein le invitó a trasladarse a Estados Unidos para crear una compañía de ballet que acabaría por rivalizar con las escuelas tradicionales europeas. La School of American Ballet se fundó en 1934, pero hasta el 11 de octubre de 1948 no nació el famoso New York City Ballet, donde Balanchine permaneció hasta su muerte en 1983.

George Balanchine entrenando a Mourka

También diseñó coreografías para películas, óperas, revistas y musicales. Entre sus obras más conocidas para el escenario destacaremos “Slaughter on the Tenth Avenue” (Matanza en la décima avenida) y “On Your Toes” (Al tanto).

Revolucionó la estética del ballet clásico y tuvo una enorme influencia en la danza en Estados Unidos. Pero Balanchine no solo se limitó a entrenar a personas, también enseñó a bailar a su gato Mourka. Este último era un gato callejero blanco y rubio que George Balanchine y su esposa Tanaquil Le Clerq habían recogido en la calle. El coreógrafo, cuando jugaba con el gato, empezó a fijarse en sus piruetas, saltos y giros para, poco a poco, incluirlos en los movimientos de los bailarines.

Un día, la fotógrafa Martha Swope, especializada en danza, fotografió a Mourka en uno de sus espectaculares saltos. La foto apareció en la revista Life y Mourka se hizo famoso en Estados Unidos, lo que permitió a Tanaquil Le Clerc escribir la biografía de Mourka que se publicó en 1964 con fotos de Martha Swope.

Tanaquil Le Clerc – New York Ciuy Ballet

Pero hablemos ahora de la bailarina Tanaquil Le Clerc. Nació el 2 de octubre de 1929, hija del intelectual francés Jacques Le Clerc y de la estadounidense Edith Whitemore. En 1941, la School of American Ballet le concedió una beca y acabó por convertirse en la primera bailarina del New York City Ballet. Era una mujer fascinante, delgada, atlética, de piernas largas, con un físico muy diferente al de las bailarinas de la época. Su estilo único, su humor y autenticidad marcaron un antes y un después. No solo fue la musa de George Balanchine, y su cuarta esposa, sino también de Jerome Robbins, que creó para Tanny, como la llamaban sus amigos, el famoso ballet “Tarde de un fauno”, basado en “Preludio a la siesta de un fauno”, de Debussy. En 1956, durante la gira europea de la compañía, sufrió un ataque de poliomielitis que acabó con su brillante carrera. Tenía 27 años. No volvió a andar ni a bailar.

En 2013 se estrenó el espléndido documental “Afternoon of a Faun: Tanaquil Le Clerc”, de la directora Nancy Buirski, que recorre la vida de la bailarina mediante imágenes y entrevistas a personas que la conocieron.

Tanaquil LeClerc con George Balanchine

El siguiente texto está impreso en la sobrecubierta del libro “Mourka: La autobiografía de un gato”.

Portada de la biografía de Mourka

“Mourka, un extraordinario gato callejero, es uno de los alumnos favoritos del famoso coreógrafo George Balanchine. Ha aprendido a realizar entre-chats, pas de chats e incluso grand jeté. Las fotos de la Sra. Swope y los textos de la Sra. Le Clerq demuestran sus numerosas hazañas y sugieren que Mourka quizá sea el felino más inteligente del mundo”

“Mourka, que nació en Nueva York, comparte un amplio piso en el Upper West Side con los Sres. Balanchine. Pasa los veranos en Weston, Connecticut, donde practica su hobby favorito, la observación de insectos, y se deleita con sus manjares predilectos, espárragos, patatas, guisantes y crema agria, entre otros”.

Página interior de la biografía de Mourka

Parece ser que George Balanchine dedicaba tiempo a “entrenar” a Mourka, y según cuenta Bernard Taper en el libro “Balanchine: A Biography”: “Cuando Balanchine debía ausentarse, una amiga de la madre de Tanaquil se quedaba a veces con ella, pero a menudo prefería estar sola en el piso, con Mourka, un gato rubio y blanco al que la pareja mimaba y quería. Balanchine le había enseñado a realizar jetés y tours en el aire, y decía que por fin había encontrado un cuerpo que se merecía una coreografía. Un día, durante una fiesta en su piso en la temporada navideña, Igor Stravinski quiso ver bailar a Mourka. Varios invitados comentaron en días siguientes que fue la única vez que habían visto al coreógrafo nervioso antes de una representación”.

Mourka

Y para acabar, ¿no es curioso que algunos de los términos de la danza, como entre-chats o pas de chats, hagan referencia al gato, “chat” en francés? Tendremos que profundizar en este tema…