Acciones tan celebradas en un bebé como el uso de la cuchara cuando practica por primera vez el acto social del cuchareo, sin lugar a dudas uno de los primeros actos que lo distinguirá como ser inteligente y, precisamente, uno de los que le diferenciarán como especie, se produjo no hace muchos días delante de mis narices.
Lo más curioso de todo es que en esta ocasión no se trataba de un ser humano con pañales como cabría suponer, no, el espécimen hacedor de este prodigioso acto, no era otro que nuestro "irracional" minino.
Nunca he dudado que los animales son tanto o más inteligentes que el ser humano, de hecho, fíjate si has encontrado alguna vez a un gato trabajando en una obra, delante de un ordenador o cavando la tierra para conseguir alimentos. De ninguna manera.
Ellos son mucho más listos y piensan que para que van a trabajar si tienen a ese pobre humano que le tiene a cuerpo de rey.
Me dan de comer sin que tenga hacer ningún esfuerzo ni en pedirlo, me acomodan en el sofá como si fuera el señor de la casa y además puede tomarse la libertad de hacer "lo primero" y "lo segundo" por dónde quiera que ellos ya se encargan de recogerlo y le "enseñarán" a hacer sus cosas en una caja con serrín... Uy que lástima, se le habrá olvidado al michino, se dirán, esos días en que no me dé la gana ir hasta ese humillante recipiente a la vista de todos y sin nada de intimidad.
¿Os podéis imaginar a quiénes razonarán que la inteligencia es solo humana?
¡Salud y Suerte!