El gen del sentido común removido

Publicado el 08 septiembre 2011 por Equagliano @quiquequagliano

Muchas personas parecen tener el gen del sentido común removido cuando saltan sobre una computadora en la tranquilidad de su casa y piensan que nadie está escuchando (sólo el planeta entero). Parece que esta cosa que llamamos “la web social” es tan nueva que nuestro desarrollo evolutivo no ha alcanzado a la tecnología y todavía estamos pensando en analógico, cuando debiera ser digital!

Parece que compartir en línea es aun tan nuevo y tan temprano en la etapa del desarrollo social digital de los seres humanos, que somos como niños pequeños antes de que tuviéramos todas nuestras células cerebrales alineadas en la secuencia correcta que proporciona capacidades de pensamiento lógico.

Es como cuando un niño se cubre los ojos y dice: “no me puedes ver”, porque ellos no pueden verte.

La frase, demoledora pero cargada de un sentido común a toda prueba, pertenece a Jeff Bullas, autor de Jeffbullas.com, un blog que contiene excelente información y consejos sobre social media y marketing online.

El artículo que analiza estas cuestiones tiene un título por demás elocuente: “11 formas de perder tu trabajo en Facebook”. Se trata de un breve compendio de 11 casos de personas que perdieron sus trabajos a causa de sus publicaciones en Facebook, de alli lo contundente de la mirada de Bullas sobre estas cuestiones.

Algunos de los casos son realmente asombrosos. Pero espere: estamos hablando de adultos. No pierda eso de vista.

  • Una profesora asociada de sociología en una Universidad de Pennsylvania (EE.UU.) escribió en su perfil: “¿Alguien sabe donde puedo encontrar un asesino a sueldo discreto? Sí, ha sido de esa clase de día”. Un mes después: “Tuvimos un buen día hoy. No quise matar a ningún estudiante”. La universidad, que encontró motivos para alarmarse en vista de los trágicos acontecimientos que se han dado en los colegios en los últimos años, le dió una licencia indefinida que finalmente duró sólo un mes.
  • Un oficial de policía de la ciudad de Atlanta fue dado de baja en diciembre pasado después de publicar información sobre su trabajo en Facebook. Contó, por ejemplo, sobre su cooperación con el FBI en un caso de drogas y que se sentía frustrado en el trabajo.
  • Otros casos: un enfermero publicó fotos de una persona que asistió, que se había suicidado; trece enfermeras de un hospital crearon un grupo racista; otra docente publicó fotos de viaje suyas, bebiendo; una joven escribió “mi jefe es un pervertido”, sin tener en cuenta que lo tenía entre sus amigos.

En todos estos casos, el resultado fue que perdieron o estuvieron a punto de perder sus trabajos por este tipo de publicaciones en sus perfiles de Facebook. Algunos son francamente infantiles; otros revisten una mayor gravedad; todos muestran una ausencia de criterios, de sentido común francamente asombrosa. Aunque, pensándolo bien, ya pocas cosas asombran en el reino de las redes sociales.

Sólo una cosa más: no descarguemos toda la artillería en los jovenes por sus imprudencias y errores mientras participan de las redes sociales. Todos estos casos involucran a adultos, así que hay mucho para reflexionar sobre nuestras actividades en esos espacios.