El genio se llama Yeongwood Kim, y el ingenio proviene de la recreación del concepto de una taza de té derramada que en realidad es una lámpara portatil, construída con una sóla pieza de plástico y cuya instalación eléctrica está disimulada por dentro del aparato. Uno de los modelos viene con premio: su interior es fluorescente y estará disponible en diferentes colores. La mala noticia es que tendrás que esperar a que la lámpara mágica de Yeongwood cobre vida, pues de momento, se trata de un diseño conceptual que aún no se ha materializado. Los que veneramos la decoración minimalista ya soñamos con tener algo así en nuestra oficina para alumbrar nuestras ideas...una taza de té y una buena luz; la combinación perfecta.
El genio se llama Yeongwood Kim, y el ingenio proviene de la recreación del concepto de una taza de té derramada que en realidad es una lámpara portatil, construída con una sóla pieza de plástico y cuya instalación eléctrica está disimulada por dentro del aparato. Uno de los modelos viene con premio: su interior es fluorescente y estará disponible en diferentes colores. La mala noticia es que tendrás que esperar a que la lámpara mágica de Yeongwood cobre vida, pues de momento, se trata de un diseño conceptual que aún no se ha materializado. Los que veneramos la decoración minimalista ya soñamos con tener algo así en nuestra oficina para alumbrar nuestras ideas...una taza de té y una buena luz; la combinación perfecta.