Arenas ha puesto el dedo en la llaga y ha conectado con los sentimientos de la inmensa mayoría de los españoles, sobre todo de los demócratas y de la gente decente, que se sienten escandalizados ante el sucio comportamiento del gobierno que, en democracia, está obligado a ser ejemplar y, por el contrario, destaca por su arrogancia, despilfarro y afición a crispar, a crear conflicto y a aferrarse al poder y a los privilegios, sin sensibilidad alguna ante el sufrimiento de su pueblo, que el mismo gobierno de Zapatero, con su incompetencia, ha provocado.
La subida del IVA, unida a los anteriores incrementos en los impuestos y tasas y a los recortes en los salarios, pensiones y ayudas sociales, están sumiendo a la sociedad española en un ambiente duro de austeridad y tristeza, mientras el gobierno, demostrando su insolvencia y baja catadura moral, no renuncia a sus coches oficiales, tarjetas de crédito con cargo al erario público y subvenciones superfluas y arbitrarias, negándose también a reducir el número de ministerios y de altos cargos, como le ha ordenado el Congreso, y a licenciar a los miles de asesores y enchufados del partidos que ordeñan a diario las finanzas del Estado sin aportar nada útil a la comunidad.
El comportamiento insolidario y nada ejemplar del gobierno lo convierte no sólo en el peor gobierno que ha tenido España en los últimos siglos, sino también en el de inferior catadura moral.