Publicado originalmente en Impulsando Pymes:
No sé si habrán oído en radio la nueva campaña de Iberdrola, informando sobre el coste de la energía para los consumidores, en la que según dicen y no se equivocan, que la mitad del precio de la luz son impuestos.
En las últimas semanas la Asociación Española de consumidores de Energía ANAE, también ha publicado un informe comparando el precio de la energía en los diferentes países de nuestro entorno europeo. Lo resumiremos en este gráfico, obtenido del propio informe:
Si unimos estos aspectos tendremos como resultado un panorama ciertamente desolador. Nuestra energía es carísima y gran parte de la culpa la tienen nuestros gobernantes.
En una situación como la actual el precio de la energía es un factor clave para la competitividad de nuestros productos y servicios. Vivimos en una economía global. Las exportaciones son las que tienen que tirar del carro de nuestra economía, pues nuestro consumo interior está bajo mínimos. Y, sin embargo, el precio de la energía está lastrado por una cantidad ingente de impuestos. Flaco favor desde las altas esferas del país.
La política energética que ha sufrido este país, y digo sufrir, ha sido un auténtico despropósito. El dirigismo irracional de nuestros gobernantes dejándose llevar por la moda renovable y por sus lobbies no ha hecho más que empeorar el asunto. Y ahora son ustedes, queridos dueños de su propio negocio, los que tienen que apechugar con el tema.
Hemos venido ofreciendo pequeñas recetas, algunos consejos y comentarios, sobre la importancia de ser absolutamente eficiente en nuestros consumos. Ahora más que nunca se hace evidente, que para nuestra competitividad como PYME, no podemos descuidar en ningún momento la supervisión energética. La búsqueda de proveedores más eficientes. Mejores equipos y todo aquello que redunde en un aprovechamiento sustancialmente mejor de nuestros recursos.
¿Cabe plantearse la deslocalización de la producción para ahorrar en la factura energética como modo de ahorro? No sé hasta qué punto una empresa pequeña puede permitírselo. Todas las opciones deberían estar sobre el mantel.
Lo que desde luego parece evidente es que el modelo español no fomenta la competencia energética, no está realmente liberalizado, ni es beneficioso para los consumidores. En cualquier momento, el ministro de turno te la juega y te resta unas décimas de competitividad frente a tus competidores franceses o alemanes. Esas son las reglas del juego. Y con ellas debemos jugar.
Si su pequeña empresa o taller es intensivo en consumo de energía, debería de plantearse las cuestiones que venimos comentando en este blog. Puesto que no parece que las ayudas vayan a venir de arriba por el momento, deberá apañárselas usted mismo. Su competitividad pasa por un adecuado perfil de consumidor. Si no es usted de los que venden artículos de lujo, a precios desorbitados, donde solo priman el diseño y la marca, tendrá que ajustarse el cinturón una vez más.
No confíe en las denuncias de asociaciones de consumidores o resoluciones de la Unión Europea. No confíe en que el Estado sobredimensionado va a dejar de querer ingresar. No confíen en nadie, ni siquiera en mí, solo piense en lo que le escribo. Esto va por otros derroteros. Va de que quiera usted o no quiera la eficiencia no es una opción. Ya nos lo van dejando cada vez más claro, y cada vez más complicado.