Hay cosas curiosas y que llaman la atención. En los Juegos Olímpicos de París participan 206 países, a los que hay que sumar el Equipo de Refugiados Olímpicos. Todos ellos van a realizar su labor con la mascota de los juegos. En la ceremonia de inauguración 1.000 millones de personas van a contemplar El Phryge olímpico, casi nada. El sitio oficial de los juegos señala que "el nombre y el diseño se eligieron como símbolos de libertad y para representar figuras alegóricas de la república francesa".
El gorro frigio proviene de la región de Frigia, actual Turquía. Normalmente se confecciona con fieltro o lana de color rojo y de forma casi cónica. Durante la edad media los estudiantes que conseguían el doctorado se ponían el gorro para simbolizar la obtención de su libertad profesional; y por lo tanto el comienzo de una nueva vida. En la Revolución Francesa de 1789 el gorro se popularizó entre la clase baja y esta humilde prenda representó los ideales de Igualdad, Libertad y Fraternidad.
En las repúblicas españolas de 1873 y 1931 el gorro lo portó un mujer de nombre Mariana. En la Primera República llevaba en su mano izquierda la balanza de la justicia y en la derecha la Tabla de la Ley, que Moisés recibió en el Sinaí. La Marina de la Segunda República portaba la balanza y junto a ella un león, como símbolo de la fuerza. Ambas figuras, con el gorro frigio en su cabeza, eran una alegoría a la justicia social.
La mascota de los juegos se las trae; sobre todo para aquellos países y competidores que simpatizan con las dictaduras, que niegan la lucha de clases y la justicia social. El símbolo, además de representar el alma francesa, es un claro llamamiento a secundar unos valores y una forma distinta de hacer las cosas. Me pregunto qué pensarán de ello los coronados como reyes, los sátrapas y los tiranos cuando sus representados porten la mascota de los juegos, ¿o es que carecen de juicio para ello?