El célebre astrónomo Camille Flammarion realizó en 1913 el primer intento de utilizar el Obelisco de Luxor de la Plaza de la Concordia como gnomon de un gigantesco reloj solar. La guerra de 1914 paralizó la propuesta. En 1938 se retomó la idea con una suspensión similar. Afortunadamente en 1999 se pudieron dibujar las líneas de forma un tanto modesta.
El obelisco tiene una altura de 23 metros pero el gnomon se eleva a 31´4 metros tras añadirle el pedestal y el piramidón que corona el monumento. El conjunto es un metro más alto que el Record Guinness de Vadorrey en Zaragoza que lo obtiene por su gnomon orientado según eje del mundo.
La parte más visible del reloj son las líneas rectas de pintura de las horas y los números romanos correspondientes. Algunas líneas están rotas por mala colocación de la piedra levantada. En la calzada hay alguna línea de puntos con placas circulares metálicas y también hay algún vestigio metálico en las proximidades del obelisco.
Las hipérbolas de los solsticios no se han dibujado pero si la recta de los equinoccios: la línea transversal a las horarias.
El cuadrante de la Concordia sigue la senda del instalado en Roma por Augusto que usaba también el obelisco traído de Egipto. El obelisco de la Plaza de San Pedro en Roma se limita a ser Meridiana, al igual que el de la Plaza de Montecitorio que utiliza el de Augusto.