El gran filósofo humanista Erich Fromm sobre como liberarnos de las cadenas que nos impiden dominar el arte de vivir

Por Juan Carlos Valda @grandespymes

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"La principal tarea de un hombre es darse a luz a si mismo, convertirse en lo que potencialmente es. El producto mas importante de su esfuerzo es su propia personalidad" Erich Fromm

A pesar de ser considerado por muchos como una de las mentes más iluminadas del siglo XX,debo reconocer que hasta ahora no había leído nada de Erich Fromm.No les falta razón a quienes ensalzan a este lúcido humanista. Los dos libros que devoré este fin de semana (Del tener al ser y El arte de amar) pueden ser lo mejor que me he leído este año.

El primero de ellos (Del tener al ser), es una hoja de ruta trazada por el autor, que quiere ayudar a liberarnos de la doctrina materialista que impera en nuestra sociedad, donde es más importante acumular riqueza que desarrollarnos plenamente como individuos.

"El bienestar del hombre; su plena humanización le exige cambiar de orientación: de la posesión a la actividad y del egoísmo a la solidaridad."

Ahora bien, si deseamos aprender a vivir bien, primero debemos responder a la pregunta ¿más allá de la supervivencia biológica, cuál es el propósito de la vida, que sentido tiene vivir?

"Parece que la naturaleza -o, si se prefiere, la evolución- ha dado a todo ser viviente esta voluntad de vivir, y cualesquiera crea el hombre que son sus motivos, no son más que ideas derivadas con las que justifica este impulso biológico.

El querer vivir, el gustarnos vivir, es cosa que no necesita explicación. Pero si nos preguntamos cómo queremos vivir, qué pedimos a la vida, qué le hace tener sentido para nosotros; se trata, verdaderamente, de preguntas -más o menos idénticas- que recibirán muchas respuestas diferentes. Unos dirán que quieren amor, otros escogerán el poder, otros seguridad y, otros, placeres sensuales y comodidades, mientras que otros preferirán la fama; pero lo más probable es que la mayoría coincidan en decir que quieren ser felices . Y éste es también, para la mayoría de los filósofos y de los teólogos, el propósito de los afanes humanos. Pero si entendemos por felicidad cosas tan diferentes e incompatibles como las citadas, será una idea abstracta y más bien vana. Se trata de examinar qué significa este término, tanto para el filósofo como para el profano."

Felicidad es un término, como bien observa Fromm, que significa diferentes cosas para muchas personas. Pero quizá la definición más generalizada es, la ausencia de dificultades y poder obtener lo que deseamos. O para expresarlo de otra forma, experimentar poco dolor y mucho placer. El autor sostiene que nuestro objetivo no debería ser buscar la felicidad en los términos antes descrita, sino, esforzarnos por alcanzar el máximo desarrollo de nuestras potencialidades, evolucionar como individuos tanto como podamos.

"Esto puede entenderlo cualquier jardinero. El fin de la vida de un rosal es llegar a realizar todo su potencial: que sus hojas se desarrollen bien y que su flor sea la rosa más perfecta que pueda nacer de su semilla. El jardinero sabe que, para alcanzar este objetivo, debe seguir ciertas normas conocidas por experiencia. El rosal necesita un tipo especial de tierra, de humedad, de temperatura, de sol y sombra. A él corresponde procurárselos si quiere conseguir buenas rosas. Pero, incluso sin su ayuda, el rosal trata de satisfacerse un máximo de necesidades. No puede modificar en nada la tierra y la humedad, pero puede, si tiene la oportunidad,inclinarse hacia el sol... ¿Por qué no habría de ocurrir lo mismo con el género humano?

Aun careciendo de conocimientos teóricos sobre los motivos de que ciertas normas conduzcan al óptimo desarrollo y ejercicio del hombre, la experiencia nos enseña, al menos, tanto como al jardinero. Ésta es la razón por la que todos los grandes maestros de la humanidad han llegado a enseñar, esencialmente, las mismas normas, que se resumen en la necesidad de vencer la codicia, el engaño y el odio y de conseguir amor y participación, como condición para alcanzar un grado óptimo de ser."

Su conclusión, sobre cuál debería ser el objetivo fundamental de la vida, es la siguiente:

"La finalidad de la vida, puede definirse como un crecimiento propio que nos acerque todo lo posible al óptimo desarrollo de acuerdo con las condiciones de la existencia humana, llegando a ser plenamente lo que somos en potencia; dejar que, dada la naturaleza del hombre, la razón o la experiencia nos lleven a comprender qué normas conducen al bienestar"

Pero si deseamos alcanzar nuestra máxima expresión como seres humanos, primero debemos liberarnos de las cadenas que nos lo impiden.Según el destacado humanista, las cadenas más opresivas, aquellas que con más contundencia nos mantienen sometidos, son nuestrocaracterístico narcisismo y el materialismo fomentado por nuestra cultura, la cual, señala que quien más tiene es quien más feliz es.

"Si el "bienestar", si el vivir bien como persona es el fin supremo de los propios esfuerzos, se nos presentan dos buenos cambios para alcanzar esta meta: superar nuestro narcisismo y superar nuestra estructura existencial centrada en la posesión."

​A continuación, Fromm nos brinda su definición de narcisismo:

"El narcisismo es una orientación por la que todo interés y toda pasión se dirigen a la propia persona... Para el narcisista, lo único plenamente real es él mismo y lo que le afecta. Lo exterior, lo que se refiere a otros, sólo le es real en el sentido superficial de la percepción, o sea, es real para sus sentidos y para su intelecto, pero no es real en un sentido más profundo, para su sentimiento o su entendimiento. De hecho, sólo es consciente de lo exterior en tanto le afecte. Por tanto, no hay amor, ni participación, ni juicio racional objetivo. El narcisista extremo ha levantado un muro invisible entorno suyo. Él lo es todo y el mundo no es nada; o mejor: él es el mundo."

La otra gran cadena es el egoísmo que fomenta nuestra sociedad, obsesionada con el dinero y la acumulación de bienes.

"El egoísta... lo quiere todo para sí, no le gusta dar ni compartir, no encuentra satisfacción en la solidaridad, la cooperación ni el amor; es una fortaleza incomunicada, receloso de los demás, ansioso de tomar y reacio a dar."

Cuando nos lanzamos hacia el camino de la liberación, advierte Fromm, experimentaremos miedo y ansiedad, pues estaremos abandonando el terreno que ya conocemos y nos adentramos en campos desconocidos que, no obstante, albergan grandes recompensas.

"Si tenemos la voluntad y la determinación de romper los barrotes de la prisión del narcisismo y del egoísmo; y si tenemos el valor de soportar la angustia correspondiente, sentiremos los primeros atisbos de la alegría y de la fortaleza que al final podremos alcanzar. Entonces, un nuevo elemento entrará en escena. Esta nueva sensación llegará a ser el móvil decisivo para perseverar y continuar por el camino emprendido... Una nueva sensación de bienestar -por pequeña y efímera que sea- ...se convertirá en el móvil más fuerte para seguir avanzando y se reforzará a cada avance.

Conciencia, voluntad, práctica, tolerancia al miedo y a las nuevas experiencias: todo esto hace falta si ha de lograrse la transformación del individuo. En cierto momento, la energía y la dirección de las fuerzas interiores habrán cambiado hasta el punto de cambiar también el sentido de la propia identidad. Con la orientación al tener, mi lema es: " Soy lo que tengo ". Superada esta orientación, el lema es: "Soy lo que estoy siendo", o "Soy lo que hago" (en el sentido de actividad no enajenada)."

En el resto del inmensamente iluminador Del tener al ser, Erich Fromm examina los aspectos prácticos para alcanzar dicha liberación y un bienestar sólido y duradero.

Fuente:http://www.notasaprendiz.com/blog/el-gran-filosofo-humanista-erich-fromm-sobre-como-liberarnos-de-las-cadenas-que-nos-impiden-dominar-el-arte-de-vivir

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