Cada acción, movimiento y decisión que tomemos en nuestra vida, por pequeña que sea, afectará en consecuencia, la manera como se desarrollen los eventos posteriores. Y es que esto, tiene mucho de sentido común, lógica y hasta la física nos lo indica con las leyes de Newton (acción-reacción).
En la parte científica, la física también toca el tema de los universos paralelos, que indica que por cada posible desenlace en cualquier situación del universo, se genera un universo en el que ocurran dichos sucesos… pero esto ya sería tema de otro sitio.
Lo que si es naturalmente sencillo de comprender, es que por cada pequeña decisión que tomemos, llegarán una o más consecuencias, ya sean estas buenas, o malas. Y sin duda, la diferencia a futuro de como nos encontremos viviendo nuestra vida, será tremendamente radical, comparando si el origen fue una u otra decisión.
Para comprender un poco más acerca de los grandes efectos de tomar pequeñas decisiones veamos de que se trata el efecto mariposa.
El efecto mariposa
El efecto mariposa dice que el batir de las alas de una mariposa en América, puede generar un huracán en Asia.
Y con esto, no se refiere a que las mariposas tengan algo que ver con las condiciones climáticas del planeta, sino que de manera metafórica, indica el impacto que puede tener algo tan simple.
En la película El Efecto Mariposa (muy recomendada, por cierto) se muestra como los protagonistas viajan al futuro luego de haber tomado una decisión en el presente.
Los resultados son completamente diferentes al final, cuando en principio, el cambio fue supremamente sutil. Cada acción lleva a otra y se desencadena un efecto bola de nieve, lo que en últimas, solo puede lograr que el cambio sea monumental.
Pero… más allá de las metáforas e historias del cine, analicemos como el efecto mariposa nos ayuda a entender porque las pequeñas decisiones tienen un gran impacto.
El ejemplo clásico, es el de la pelota en el techo.
Supongamos que estamos en la parte superior del tejado de una casa. Nos encontramos en el medio del techo, donde si giramos a la izquierda, vemos la calle y a la derecha el patio de la casa.
Si echamos a rodar la pelota por las tejas de en medio, en algún momento, esta tomará uno de los dos caminos, y llegará finalmente a uno de los dos lados posibles, alterando significativamente su “destino” o ubicación final.
El gran impacto de las pequeñas decisiones
Un ejemplo un poco más cercano a la realidad, lo viví hace muy poco en mi cuarto.
Como paso gran parte de mi tiempo en el escritorio donde se encuentra mi computador, y por el hecho de que además este permanece prendido grandes cantidades de tiempo, una noche sentí un leve olor a quemado.
Estaba en ese momento, probando un nuevo juego que me habían prestado.
Ante esa situación, podía tomar una decisión de dos posibles.
- Continuar jugando (quizás el olor a quemado viniese de afuera).
- Revisar lo que ocurría (podría ser mi computador que estuviese a punto de explotar )
Inmediatamente sentí que algo andaba mal, y rápidamente decidí desconectar bruscamente del tomacorriente mi máquina. Para mi sorpresa, el ventilador que nivela la temperatura de la fuente de voltaje de la torre, estaba detenido, y por tanto, todo se estaba recalentando gradualmente, a tal punto de que en algún momento, alguna de las partes pudo simplemente quemarse.
Cambié entonces el ventilador de la fuente (tenía uno nuevo guardado) y encendí mi aparato de nuevo… el cual funcionaba de maravilla.
Ahora bien, que tiene que ver esto con el efecto mariposa?
De que si hubiese tomado la decisión de no verificar que era lo que pasaba, simplemente me hubiese quedado sin mi herramienta de trabajo más valiosa.
Ante una decisión con dos posibles caminos, es fácil ver que una de ellas, no fue tan desastroza después de todo (pude jugar luego) pero la otra, hubiera implicado un gran esfuerzo por mi parte volver a llegar al estado inicial (tener un computador nuevo).
Y todo, basado en el hecho de que en un par de segundos tomé una pequeña decisión.
Y así es todo en la vida, todos los días, todo el día, nos encontramos con pequeñas decisiones que sin duda, definen nuestro destino.
Como aprovechar las pequeñas decisiones
Como dijo Winston Churchill
“Se paciente y reúne todos los elementos posibles antes de tomar una decisión….pero siempre tómala”.
Cada día, tenemos decenas de oportunidades de cambiar nuestras vidas. Algunas decisiones traerán cambios más grandes que otras, pero todas las decisiones que tomemos impactarán nuestra vida de alguna manera.
Es indispensable entonces, no permitir que nuestra vida se desarrolle en piloto automático, sino que por el contrario, tomemos el control, día a día de lo que hacemos, sabiendo (de alguna manera) tomar decisiones, con base en los posibles resultados que éstas puedan tener.
Para aprovechar las pequeñas decisiones, no hace falta, más que ponderar con cabeza fría, los posibles beneficios o perjuicios que las mismas nos pueden traer.
Pero siempre, decidirse, avanzar y ser firme en el camino.
Y tu… que piensas? tienes algún otro ejemplo?
Autor Juan Sebastian Celiz Maya