En medio de un paisaje de crisis institucional severa, en el año 1772 se desencadenó un interesantísimo proceso en el seno de la Francmasonería francesa que culminó con una total reorganización y refundación de la institución en el país vecino. Fue un acontecimiento de capital importancia que marcó buena parte de la presencia de la entidad en el continente europeo. La reorganización y refundación se consolidaría en 1773 con la constitución del Gran Oriente de Francia, heredero directo e inmediato de la Primera Gran Logia de Francia, la primigenia estructura que floreció a partir de la semilla echada al viento por los exiliados estuardistas que habían cruzado el Canal de la Mancha casi cincuenta años antes.
El Gran Oriente de Francia va a conmemorar una fecha señalada: Sus 240 años de existencia. El tiempo pasa y la obligación de hacer memoria se reproduce y perpetúa, generación tras generación, al asomarse desde las alturas del tiempo y sentir el vértigo de la historia.
Bajo la presidencia del Gran Maestro, Daniel Keller, se desarrollará el próximo 28 de noviembre, en el histórico edificio de la "rue Cadet", un coloquio público que podremos seguir en directo a través del canal de televisión de la obediencia.
Entre las cuatro y las seis de la tarde el público podrá participar en diferentes talleres organizados en torno a tres temáticas diferenciadas y centradas en el marco temporal del siglo XVIII:
a) La Francmasonería y la geopolítica europea de la época.
b) La Francmasonería y la Ilustración.
c) La Francmasonería y sus corrientes rituales.
Las conclusiones de esos talleres se expondrán a continuación, en una conferencia pública cuya duración se prolongará hasta las nueve de la noche. Figuras de indiscutible relevancia en tanto que historiadores e investigadores de reconocidos pretigio, tales como Cécile Revauger, Daniel Kerjan, Roger Dachez o André Combes, tendrán la palabra para exponer su visión en torno a este acontecimiento histórico, el proceso de transformación experimentado por la Primera Gran Logia de Francia, o la evolución de la entidad en el período comprendido entre el final del Primer Imperio y la Liberación con la que se cerró el sangriento capítulo representado por la Segunda Guerra Mundial.
Les dejo con el apunte y con el cartel del evento, que me ha gustado especialmente: A modo casi de "marca de agua", el sello histórico del Gran Oriente de Francia, que ha experimentado muy pocas variaciones con el paso del tiempo (fundamentalmente los años en los que se ha datado, según lo avanzado por los historiadores, la constitución del propio GODF -1772/1773-, o bien la constitución de la primera organización masónica propiamente francesa, es decir, continental, y de la que surgirá el GODF en un proceso de transformación -1736/1728-); la figura que destaca con ese color rojo que tanto me recuerda al uniforme del "primer cónsul", es el Duque de Luxemburgo, Administrador General de la Obediencia entre los años 1771 y 1793, justo en medio del proceso de refundación de la masonería francesa, en un momento en el que el titular nominal de la más alta representación institucional es Luis Felipe de Orleans, Duque de Chartres, y que luego, durante el período revolucionario será conocido como "Philippe Égalité". Pero el final de esta historia vamos a dejarlo para otro día...
Et si omnes, ego non.