Sinopsis Editorial:
Primavera de 1881. En el Odisea, un barco que parte de Barcelona con destino a Nueva York, se cuela como polizón Alberto, un muchacho sin familia ni dinero. Entre los pasajeros de tercera clase, que viajan en condiciones deplorables, se encuentra un matrimonio de pequeños comerciantes arruinados, que aspiran a una nueva vida, Joaquina y Ventura, con sus dos hijas adolescentes: Leonor y Mercedes. Con la misma intención, y huyendo de la justicia, viaja Ricardo, junto con su esposa, Concepción, y su hijo Gerardo. Otro pasajero, Narciso Redolat, quiere encontrarse con Enriqueta, hija única de un próspero comerciante catalán de tejidos con quien se ha casado por poderes.
Todos emigran a Norteamérica con la perspectiva de encontrar un futuro mejor. Durante la travesía surgirán amistades, rivalidades, amores... Pero en Nueva York resulta muy difícil sobrevivir sin dinero y los sueños cada vez parecen más lejanos.
Tres tardes es lo que me ha durado esta novela que llevaba ya cuatro años en la estantería esperando su turno y tengo que decir que me ha sorprendido muy gratamente. De nuevo me ha hecho pensar en cuántas historias tan buenas como esta estarán esperando que las elija de una vez tras haber llegado a esta casa hace años. En fin... cuando me jubile de las redes sociales 😂😂😂 prometo ponerme al día, pero ahora os cuento mis impresiones sobre este libro.
Aunque Jordi Sierra i Fabra es un autor con una extensísima obra publicada, hasta hoy servidora solamente había leído, allá por 2014, "Rabia" y porque en aquel momento mi descendiente estaba en el instituto y me leía todo lo que tenía que leer él, pero esta novela es completamente diferente, todo un viaje en el tiempo magníficamente narrado y lleno de personajes muy interesantes.
Lo primero que me llamó la atención fue la preciosa edición de la novela y aunque estaba catalogada (y creo que sigue estándolo) como literatura juvenil, al ser eso es algo que no me importa demasiado si el argumento me llama la atención, me lo traje para casa y la verdad no sé exactamente por qué está catalogado como juvenil, para mí es una ficción histórica, narrada de una forma muy amena que le puede gustar a cualquier lector tenga la edad que tenga.
Nos encontramos en Barcelona en 1881. De allí zarpará el Odisea, un buque con destino a Nueva York. A bordo del mismo, multitud de inmigrantes dejan atrás su tierra buscando una oportunidad que en su lugar de origen ya no encuentran.
Jordi Sierra i Fabra
Fotografía de www.edelvives.com
* El matrimonio formado por Ventura y Joaquina y sus dos hijas, Mercedes y Leonor* Otro matrimonio, Ricardo y Concepción y su hijo Gerardo* Narciso Redolat, casado por poderes, cruza el mar para conocer a su reciente esposa y a su familia* Alberto, un joven polizón, sin nada en el bolsillo, que se arriesga a buscar una oportunidad al otro lado del mundo.
Confesaré que el comienzo de la novela se me hizo algo lento, pero entiendo que hacía falta ese tiempo para conocer a los personajes y ver de qué pie iba a cojear cada uno a medida que avanzáramos en la lectura. También pensé, y no sé muy bien por qué, que el libro se iba a desarrollar sobre todo el barco, pero no, eso sí, el tiempo que pasan en él los personajes servirá para que se conozcan y establezcan lazos, porque si bien antes de ese viaje no se habían visto nunca, una vez en país extraño, con otras costumbres y otro idioma, siempre es bueno saber que puedes contar con alguien que ha llegado desde el mismo sitio que tú, buscando prosperar en un tierra ajena y nunca se sabe cuándo hará falta la ayuda de otra persona.
Como os digo, el relato del viaje en ese buque y en tercera clase, no es fácil para nadie, hacinamiento de personas de todas las edades, algunas con la salud demasiado débil para semejante viaje, malos olores, comida en mal estado... Según la personalidad de cada personaje unos lo llevarán mejor que otros. Hay quien intenta adaptarse a las circunstancias, como Leonor, su madre, Narciso o Ricardo y hay que ha subido al barco enfadada con el mundo y se le está haciendo más cuesta arriba, como Mercedes o sobre todo Concepción, una mujer insufrible y prepotente que solamente sabe quejarse, pero que no ayuda en nada para que todo sea algo mejor.
El comienzo en Nueva York tampoco serán igual para todos, pero eso sí, será muy distinto de lo que cada uno de ellos soñó y esta es una de las mejores partes de la novela, porque la descripción de la época es magistral, los problemas de los inmigrantes al llegar, su adaptación (o no) a su nueva vida, la miseria en la que la mayoría estaban obligados a vivir, la insalubridad constante, muriendo de calor en verano y congelados de frío en invierno, jornadas laborales interminables en condiciones espantosas y el acoso al que estaban sometidas muchas mujeres, en este caso sobre todo la dulce Leonor, en la que todos los hombres se fijan, algo que mortifica a su hermana mayor.
Nueva York es una ciudad brutal, en crecimiento constante y llena de calles peligrosas en las que conviven multitud de nacionalidades, los que ya llevan un tiempo allí, saben cómo funcionan las cosas y a veces en vez de ayudar, abusan de los que acaban de llegar y no han tenido tiempo de adaptarse. Les compensa más encontrar un cadáver en la calle con el que ganar unas monedas que intentar ayudar a alguien desesperado.
Fotograma de Tom Cruise
en "Un horizonte muy lejano"
Me ha gustado ir viendo cómo se han ido desenvolviendo estos personajes tan bien dibujados y tan diferentes entre sí, unos con más suerte que otros, pero sobre todo, cómo al final esa amistad forjada en un duro viaje en barco acaba dando su fruto, aunque no gustará a todos por igual.
Me ha encantado este retrato de la emigración en una época en la que viajar era complicadísimo, sobre todo si las distancias eran enormes y una estación como el invierno estaba próxima, además nunca sabías con qué personas te ibas a encontrar por el camino ni se te podrías fiar de ellas o no.
Esta lectura es todo un viaje, una aventura y un homenaje a quienes, por un motivo u otro, fueron valientes para dejar atrás su hogar, su tierra, a la búsqueda de un futuro mejor teniendo casi la seguridad de que nunca regresarían. Es una historia dura, de amistad, de amores correspondidos o no, de sueños por cumplir, con espacio para la esperanza, pero también llena de desesperación y sacrificio.
Madre mía, ¿Cuántos descendientes de emigrantes gallegos no habrá por el mundo adelante? Había que ser valiente para lanzarse así al abismo, o simplemente había que querer vivir. Muchas veces no hay elección. ¿Qué ocurre cuando hay una guerra? Lo vemos cada día en los telediarios. Quizás las circunstancias de los personajes de la novela fueran otras, pero el fin es el mismo... sobrevivir. Me ha gustado mucho, mucho.
Miles de emigrantes siguen desplazándose cada año por el mundo, huyendo, sobre todo, de guerras, pero también de hambrunas o persecuciones políticas. Nadie se acuerda de los que se mueren, y, a veces, ni de los que viven.