Llego a Mendoza atravesando la ruta que alguna vez allá por mediados del siglo XVIII atravesó Charles Darwin en su constante búsqueda de material para su libro El Origen de las Especies y que lo llevó hasta el extremo sur del continente.
Una placa sobre un túmulo de piedras recuerda la memoria del ilustre nauralista en Paramillos (Uspallata) donde también está el Bosque de Araucarias Petrificadas que lleva su nombre.
Allí Darwin descubrió e inventarió cerca de un centenar de araucarias petrificadas que tenían una antiguedad superior a los 200 millones de años.
Atravieso también el Puente del Inca, lugar transitado por jesuitas, conquistadores, incas y también por el ejército del Libertador José de San Martín. En un refugio de esta zona acampó Darwin.
Comienzo a ver un poco de movivimiento, tránsito y vida humana.
Después de días enteros de recorrer kilómetros y kilómetros y ver solo ripio, montañas y los elementos característicos de la Puna mis ojos (y mi moto) comienzan a habituarse a otros paisajes.
Más adelante en el Santuario de la Cruz Negra aprovecho para acampar.
Aprovecho para hacerme una ducha, renovar mis provisiones, controlar la moto, tomar algunos apuntes, sacar algunas fotos y especialmente descansar para la travesía del día siguiente.