Hay frecuentes quejas y denuncias en los periódicos, como éstas que aparecieron en “El Despertador Montañés” acerca de «el asqueroso panorama que diariamente presenciamos en el Muelle y portales de sus casas, que parecen propiedad de los marineros que van allí a peinarse y a remendar sus ropas («Crónica de la capital » 28, 13 mayo 1849). «¿Por qué se tolera que las aceras del Muelle estén invadidas siempre por la marinería, que no parece sino’que son propiedad exclusivamente suya, escandalizando además con sus palabrotas y modales a cuantos se
presentan a su paso?» (130, 4 mayo 1851).
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