Como en una pasarela de moda, aunque en realidad llevamos de campaña electoral unos cuantos meses por el nerviosismo de algunos contra algunos otros, van a pasar por Andalucía "la crema de la crema" de los políticos que suplican por un voto que les permita estar en la poltrona unos años más hasta la próxima. "Eso es todo, amigos" -se acuerdan del cerdito de los dibujos de Bugs Bunny que salía al final como el león de la "Metro". Ya hace de eso-. En fin, nostalgia aparte, eso es lo que me recuerdan las campañas electorales en España al menos, a la parodia de un hecho irrefutable, la mísera actuación de los políticos que están en ellas. Hay de los que ya deberían estar convertidos en momias en vez de intentar rememorar sus viejas glorias; otros que dicen ser nuevos pero su bagaje arruinan sus propósitos. Los hay debutantes. Ah, estos son los que dan más miedo. Ya saben, lo viejo contra lo nuevo, es la eterna lucha existencialista del hombre y la mujer. Como en "Pret-a-porter" de Robert Altman se produce un desfile de "celebrities", aunque con algo más de glamour. La política española adolece de ese término en su manual de estilo, si lo tienen. Perdonen, lo tienen, para decir "yo no he sido" quien ha arruinado al país -han sido los otros. Siempre son los otros-. No cabe la duda. Aférrense a sus impresiones y no fallezcan bajo el canto de las abundandes y seductores cantos de las pérfidas sirenas que son los políticos en Campaña Electoral. Ulises se tapó los oídos. Con eso era suficiente. Nosotros, tenemos que taponarnos los tímpanos y cerrar los ojos para no sucumbir a sus falsedades y desencantos. Me recuerda al "grito de Munch".