Título: El guacamayo rojo.Autor: Manuel MachucaEditorial: Anantes, 2014 Páginas: 453
Resumen oficial.
En 1904 una familia campesina vende sus escasas pertenencias en Almería para embarcar todas sus esperanzas en una travesía incierta al Brasil de las grandes plantaciones.
A principios del siglo XXI el mundo ha cambiado, pero la realidad no es tan distinta. Un joven arquitecto hace en avión el mismo recorrido en busca de las oportunidades que la crisis ha hecho desaparecer en España.
Todos, sin saberlo, forman parte de una odisea que se extiende durante más de un siglo, fiel reflejo del afán por construir un futuro mejor en tierra extraña con todos sus éxitos, sus fracasos, sus dudas, sus secretos y sus olvidos y la demostración de que para conquistar un sueño, a veces es necesario arriesgarlo todo sin mirar atrás.
Impresión personal.
Resulta muy raro que piense al terminar una novela que me hubiera gustado que tuviera el doble de páginas de las que tiene. Eso me ha pasado con El guacamayo rojo. No me hubiera importado que fuera un tocho de esos de setecientas u ochocientas páginas. Y ello por dos motivos principales: desde el lado positivo porque me ha encantado esta saga familiar, su historia desde que llegan a Brasil allá por 1904 hasta la actualidad y, en segundo lugar, porque me hubiera gustado conocer con mayor profundidad a la Tía Gloria y todas y cada una de las historias de vida de cada miembro de la familia de comienzos de siglo. Evidentemente, el autor, con gran maestría, nos va reflejando en capítulos alternos las vicisitudes de la familia Ortega apuntándonos sólo una parte de los hechos que les acontecen, los más relevantes para que no perdamos el hilo de la historia familiar y vayamos identificando quien es quien hasta llegar a 2011 y enlazar con el pariente protagonista, Luis. En esa trayectoria de un siglo, algunas historias personales de miembros de la familia se quedan en el tintero, seguramente porque aportan poco a la historia principal que enlaza con Luis y la Tía Gloria, pero me hubiera gustado mayor extensión. ¡¡Puro cotilleo lector!!
Manuel Machuca
Si tuviera que escoger a un personaje de esta familia, sin duda, me quedo con la Tía Gloria. Ya lo dije en twiter: ¿quien pudiera poner una tía Gloria en su vida? Es una digna heredera de una familia luchadora que lo arriesgó todo emigrando a Brasil, sobrevivió a una vida de cuasi-esclavitud en las plantaciones y evolucionó hasta una situación de clase "acomodada" que les ha permitido a sus descendientes vivir con cierta soltura. Una mujer, además, que conoce también el desarrollo cultural de los miembros más relevantes de la familia que va desde una cultura e ideología intolerante con todo lo que huela a diferente, propia de comienzos del siglo XX, antes cuestiones tales como la raza, las relaciones de pareja,, la mezcla de civilizaciones en una ciudad donde todo es pura mezcla por el aluvión que recibe de inmigrantes. La tía Gloria representa a la perfección esa evolución familiar desde la intolerancia propia de una época a la tolerancia y la solidaridad entre pueblos más propia del momento actual. Me ha encantado esta mujer; su fuerte personalidad, su tesón y la negación continua de lo que supone rendirse ante los problemas, su capacidad de liderazgo a pesar de su edad, un liderazgo que la convierte con facilidad en el centro de las vidas de quienes entran en contacto con ella. Además me ha sorprendido gratamente el concepto de esta familia de Casa Familiar, una casa que no es de nadie y es de todos los miembros de la familia. Un lugar donde todos pueden vivir de una forma "transitoria" que puede durar toda su vida hasta que consigan elegir que estarán mejor en otro lugar. Vila Rosa es como una especie de casa comunal donde todos los miembros de la familia, generación a generación es bien recibida y encuentra hueco hasta adaptarse al país e iniciar su propio camino.Parque Ibirapuera
Por contra, ha habido momentos en que me ha desesperado especialmente Luis, el joven arquitecto español, sobrino de la tía Gloria, que acaba de llegar a Brasil. Es cierto que Luis es víctima de un timo y que venía con grandes expectativas laborales a desarrollar en su "tierra prometida". Pero es el típico joven con estudios universitarios que ha llevado una vida acomodada y siempre protegido por el paraguas paternal en todo aquello que ha emprendido. No sabe "moverse" solo por esa gran ciudad y es "carne de cañón" para cualquier desaprensivo que se le pueda acercar. Hasta ahí, todo normal y comprensible. Pero me ha cabreado en algunas ocasiones su negatividad, su incapacidad de reacción ante los problemas y ese pesimismo permanente ante todo como si el único que tiene o ha tenido problemas en el mundo ha sido o está siendo él. La parte buena de Luis es que evoluciona a lo largo de la novela de la mano de la tía Gloria y de su prima hacia un nuevo Luis comprometido, maduro y feliz. En el fondo, le pasan pocas desgracias para el tipo de persona que es. Diría que incluso es afortunado porque en poco tiempo, en comparación con el resto de la familia a lo largo de su historia, consigue encauzar su vida.La historia de la familia Ortega nos lleva a Brasil, concretamente a la ciudad de São Paulo, una urbe que desborda a cualquiera como casi todo en Brasil y más si uno procede de un pueblito del Medio Rural español. El guacamayo rojo nos muestra perfectamente la desmesura de esta ciudad, la mezcla de orden y desorden urbano; lo clásico y lo moderno de la ciudad que se traslada además a la mezcolanza de ciudadanos que se mueven por ella. También nos lleva a dos épocas diferentes aunque totalmente complementarias porque la actualidad repite casi fielmente lo que fue y ahora es el proceso de emigración cíclica que siempre tenemos que afrontar los españoles. Cada una de las épocas es dura a su manera en función de los avances de la sociedad y la precipitada entrada de la tecnología en nuestras/sus vidas. La historia se repite, ya lo estamos viendo a día de hoy y no porque seamos más viajeros o aventureros que los demás, sino porque siempre el sur de Europa sufre las crisis económicas (todas ellas) de forma más dramática para la población trabajadora. ¡¡Ojala cada español emigrante se encontrara al llegar a su destino a una tía Gloria que lo recibiera!!
En conclusión, una saga familiar muy recomendable, de ritmo rápido donde los personajes y la propia ciudad brasileña se entrelazan con toda su fuerza y su personalidad contundente. Cien años de la historia de la emigración española, una emigración llena de familias, de duro trabajo, de dura supervivencia y de españoles que dejan su huella en los países que los acogen y que nosotros perdemos.
Gracias a la Editorial Anantes por el envío del ejemplar.