El guapo con botas

Publicado el 25 abril 2011 por Tuestilistaonline


Paula Grande
La semana pasada mi compañera bloguera María Guimeráns y yo fuimos juntas de tiendas. Antes de que comencéis a criticarnos –sobre todo a mí, que tengo bien merecida fama de compradora compulsiva-, os adelanto que terminamos nuestro periplo con las manos vacías, y no por falta de ganas de comprar, sino de artículos que nos impulsaran a abrir la billetera.

Pero a lo que iba. El caso es que, en una de las tiendas a las que fuimos (no franquicia, sino “boutique”), nos atendió un amable chico, muy moderno y muy fashion, con su pelo estudiadamente despeinado, su barbita cuidadamente desarreglada y su look preparadamente espontáneo. Pero lo que más me llamó la antención fue ver que llevaba las botas por fuera de los pantalones, como una tía.

Igual por vuestras ciudades los chicos son más modernos, pero aquí es una cosa inaudita, porque también son inauditas las botas (no los botines) para chico, excepto las de rollo motero o cow-boy, claro. Pero estas eran de ante marrón, y su propietario las llevaba combinadas con un vaquero azul clarito. Nada de negro sobre negro, con lo que casi no se ve si van por dentro o por fuera de los pantalones. No, arriesgando, marcando estilo, llevando las botas como sólo las tías lo hacen (o al menos, eso pensaba yo).
A mí su apuesta estilística no me convenció demasiado, la verdad. Pero me encendió la lucecita sobre

Yo hace años desarrollé mi particular catecismo sobre esta cuestión, que consta sólo de tres mandamientos:
1º.- Ni el pelo más largo que yo

2º.- Ni las uñas más largas que yo (salvo que sea guitarrista profesional)

3º.- Ni menos volumen corporal que yo (excepto en aquellas partes, claro está, en las que las mujeres venimos dotadas de serie con volúmenes adicionales).

Sin embargo, creo que voy a tener que incluir un par de normas más en mi manual para tíos que quieran tener oportunidades conmigo (churri, no te lo tomes a mal, que esto es sólo teoría).
4º.- Ni más cosméticos que yo.

5º.- Ni más fashion que yo.

Recuerdo que, ya hace bastantes años, algunas casas de moda lanzaron los cosméticos masculinos: corrector de ojeras, bases de maquillaje, y cosas así. A mi la verdad es que no me atrae nada la idea de estar con un chico que pase tanto tiempo como yo ante el espejo, pero igual ya he conocido a alguno que se aplica hidratante con color “para tener buena cara” y ni me he enterado.

En cuanto a la moda, llamadme anticuada si queréis, pero los chicos me gusta que parezcan chicos, no tías sin tetas. Y eso hace que de su vestuario, al menos desde mi punto de vista, deban estar prohibidas: las camisetas sin mangas, cualquier prenda que muestre la espalda o la cintura, los adornos capilares, los rellenos, y por supuesto, las faldas y los tacones.
 

Con los pareos puedo hacer una excepción siempre que su porteador esté buenísimo y lo utilice en playas paradisíacas (en la piscina comunitaria de la urbanización me parece totalmente fuera de lugar); en los tacones no hay excepciones que valgan, ni siquiera esos que anuncian en la teletienda para llevar dentro del zapato y con los que ganas “¡hasta cinco centímetros!”. Por cierto, que el calzado masculino debe ser mucho más alto por detrás que el mío, porque si yo a cualquiera de mis zapatos les meto cinco centímetros de relleno en la zona del talón os aseguro que se me sale el pie por detrás.
Pero de absurdos objetos para la mejora de la imagen personal que se pueden comprar en la teletienda prometo hablar otro día.
Hasta la próxima semana.