"-Más vale que se haya muerto alguien famoso de verdad, Strike -dijo una voz ronca desde el otro extremo de la línea.
Aún no había amanecido. El hombre corpulento y sin afeitar que caminaba con el teléfono apretado contra la oreja sonrió.
- Por ahí va la cosa."
A Rowling en su día le rechazaron varias editoriales, una media docena, su primer libro esa hoy famosísima saga sobre un mago. A Galbraith también le rechazaron varias editoriales su primer libro. Finalmente ambos libros, con un lapso de años de por medio, salieron al mercado. Rowling demostró que podía convertirse en la lectura de cabecera de toda una generación. Galbraith consiguió unas ventas bastante modestas y luego... luego se descubrió que era Rowling. Y entonces se dispararon las ventas. Un desliz, un error que fue llevado a juicio y un mundo que reaccionaba ante el nombre de una escritora ya más que famosa. Hoy traigo a mi estantería virtual el segundo libro de Robert Galbraith, publicado ya sin secreto alguno sobre su autoría; traigo, El gusano de seda.
Conocemos, o recuperamos si leímos El canto del cuco, a Cormoran Strike, un exmilitar británico al que falta una pierna por un atentado sufrido en Afganistán, hijo de una estrella del rock y detective privado en la actualizada. Trabaja junto a Robin, secretaria con aspiraciones no confesadas ni a su jefe de convertirse en detective. Hasta ellos llega una mujer que quiere saber dónde se esconde su marido, el excéntrico escritor Owen Quine, quien tras causar un enorme revuelo en el mundo editorial con un libro aún no publicado, Bombyx Mori, desaparece de la faz de la tierra sin dejar rastro alguno. La desaparición se convierte en asesinato y Strike comienza a levantar las alfombras del mundo editorial para descubrir lo que esconden debajo.
Lo cierto es que pese a ser el segundo libro de la saga, no necesitamos haber leído el primero. El dato, la relevancia mediática que obtuvo Strike al resolverlo adelantándose a la policía, nos lo da Galbraith varias veces a lo largo de la historia. Y es el único dato anterior que podríamos necesitar para enfrentar esta lectura.
La comida rápida no tiene ningún valor nutritivo. De hecho, si uno se para a pensarlo es casi tóxica para el cuerpo. Tampoco tiene mucho sabor más allá de la sal camuflada en supuestos sabores más exóticos. Todos lo sabemos, y de hecho lo decimos en voz alta. Sin embargo, todos caemos en la comida rápida en distintos momentos por una u otra razón (excusas).
Algo así sucede con esta novela. Los personajes, salvando a los protagonistas, están faltos de carácter que nos ayude a distinguirlos. La trama se basa en girar, a veces de forma desordenada, y usa eso de "se dio cuenta de todo" mientras nos deja sin el proceso deductivo para llegar a saber eso que nos han dicho que sabe. Y sustituid la sal por los clichés, muchos, repartidos o amontonados, lo mismo me da. Y sin embargo la gente la va a leer, posiblemente mucho, porque es entretenida.
El autor/autora entra de lleno en el mundo editorial, y nos presenta desde la agente arpía hasta el editor borracho pasando por el egocéntrico autor, todos ellos representaciones exageradas que, más que como un reflejo de lo que Rowling ha podido encontrar durante su andadura literaria, yo me lo he tomado como una licencia para divertirse mientras escribía. Me ha llamado la atención, eso sí, la escasa presencia femenina que introduce en ese mundo, y la forma en que aparece. Utilizando un narrador entre omnisciente y observador, a ratos sabe lo que piensan los personajes, a ratos opta por dejarnos saber que nos oculta lo que piensan, Rowling/Galbraith construye una novela concebida para entretener. La desaparición es el pistoletazo de salida para una trama en la que hay envidias, celos, suicidios, sexo, sangre, bondage y secretos en algo más de 500 páginas. El libro busca ir acelerando de una forma constante para así mantener al lector, tal vez no pegado a sus páginas, pero si con la intriga suficiente como para terminar la historia.
Dice el narrador en un momento determinado que la trama es lo que sucede y la narrativa la forma en que se transmite lo que sucede. Yo completaría un poco esa afirmación, ya que tiene que ser muy complicado escribir un libro cuya lectura sea de las llamadas fáciles para el lector. No sé si es algo que se hace de forma consciente, pero las listas de ventas están llenas de éxitos que todos afirman se sustentan en ese punto. Tan fácil no será, digo yo.
La novela es de esas que se leen en verano, cuando uno no quiere pensar demasiado y sí pasar unas cuantas horas divertidas en la playa o la piscina. Uno de esos libros que se verán mil veces posados en toallas y que, tal vez juzguemos un poco más duramente por ser obra de una persona ya reconocida en el mundo literario, aunque no en este género.
Confieso que de vez en cuando voy a cadenas de comida rápida o uso precocinados sin tener una excusa para ello. También veo películas que jamás estarán nominadas absolutamente a nada. Y leo libros que sé que no pasarán a la historia de la literatura, pero que me entretienen: y no les pido más: sé lo que hay.
El gusano de seda es una novela francamente entretenida.
Y vosotros, ¿buscáis lecturas entretenidas, para pasar el rato en otro mundo?
Gracias