Con la llegada del verano y el calor se dispara la venta de helados artesanales. Helado Shop, líderes del sector de la comercialización de materias primas y accesorios del helado, descubren las claves de este fenómeno y algunas curiosidades de su consumo
Con el inicio de junio y el verano a la vuelta de la esquina, la temperatura en casi toda la península ibérica comienza a alcanzar cotas propias de la época estival, lo que dispara la demanda del helado artesanal.
Pocas personas pueden resistirse en verano a una buena tarrina de helado. De ahí que el consumo de helado, por razones obvias, se concentre en los meses de más calor, registrándose un consumo de 78.133 toneladas en los meses de verano (un 59% del total). Sin embargo, durante el resto del año se sigue consumiendo abundantemente este preciado postre.
El helado es un postre de gran consumo y aceptación en España, tanto es así que se consumen al año en este país más de 133.000 toneladas de helado. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación destaca que el consumo de helado per cápita en España ronda los 3 litros por persona y año (2,92 litros para ser exactos).
El consumo de helado se distribuye uniformemente por todo el país, si bien es cierto que destacan por un consumo más intensivo las comunidades de Andalucía, Islas Baleares, Castilla-La Mancha, Murcia y la comunidad valenciana. Quedando a la cola del consumo: La Rioja, Cantabria y Castilla y León.
Helado Shop, empresa líder en la comercialización de todo tipo de productos y maquinaria para la fabricación de helados artesanales, destaca que: "cuando se dice que el helado es un postre que gusta a grandes y pequeños, no se hace un uso casual de esta expresión, sino que encuentra todo su sentido en que las franjas de edad que más helado consume en nuestro país, se encuentra entre los 60-75 años y en los menores de 20 años. El helado es un postre tradicional, con profundas raíces en la cultura mediterránea y con una historia que se remonta miles de años atrás, a pasajes históricos en la Persia del 400 a.C. donde se servían unos pudin de frutas fríos que serían los ancestros del helado moderno, o al siglo XVI, al parisino Café Procope, del siciliano Francesco Procopio, al que se le atribuye la paternidad del helado tal y como lo conocemos en la actualidad. El verano es sinónimo de calor, de viajes y estancias en la costa, y como no podía ser de otra forma, de poder deleitarse de un buen helado, servido en todas sus formas: en tarrina, en copa, en cucurucho, cualquier soporte es bueno como marco incomparable del este dulce alimento".
Las empresas del sector confían que este verano, a medida que se vaya avanzando en la desescalada, se permitan los desplazamientos inter-provinciales y se reactive el turismo, los consumidores vuelvan a escoger al helado, como su opción preferida de postre artesanal, ya sea en casa o en cualquier restaurante, terraza, chiringuito o heladería.
Fuente Comunicae