El hermetismo

Por Antonio Antonio Campos


Genéricamente, se denomina Hermetismo al conjunto de doctrinas cosmológicas atribuidas al dios griego Hermes Trismegisto (el Tres veces Grande), tanto en sus aspectos macrocósmicos (el hombre). El Hermes griego corresponde al dios Toth egipcio y al dios Mercurio de los romanos. Sus funciones principales, en tales panteones, son las de intérprete, traductor y mensajero de los dioses ante los hombres y psicopompo post-mórtem de las almas. El Hermetismo ha provisto de doctrinas, métodos y vocabulario a la Alquimia, tanto musulmana como cristiana, y a la Masonería medieval. Estas doctrinas han sido compiladas en el llamado Corpus Hemeticum (Festugiére, 1954) y se estima que fueron redactadas a fines del siglo III d.C. En dicho Corpus figura la famosa Tabla Esmeralda
(Tabula Smaragdina), que nos ha llegado por una traducción árabe del siglo X d.C., y comienza con la famosa frase: “Lo que está arriba es como lo que está abajo y lo que está abajo es como lo que está arriba, con el fin de que se cumpla el milagro de una sola cosa.”
A partir de esta frase, se ha enunciado la llamada Ley de las Correspondencias – sobreentendidas – entre el Cosmos y el Hombre. Robert Amadou (1958, p.20) ha formulado esta antigua doctrina en los siguientes términos: “La Teoría de las Correspondencias es la teoría según la cual todo objeto pertenece a un conjunto único, poseyendo con todo otro elemento de ese conjunto relaciones necesarias, intencionales, atemporales y no espaciales.”
La Alquimia y la Masonería, por haber abrevado en una fuente hermética única islámico-cristiana, poseen títulos en común – la denominación de Arte Real – y un simbolismo análogo, como el de la Piedra Filosofal y el de la Piedra Cúbico-Piramidal.
                                                                                                                              J.F.Ferro